Miyamoto convierte una pregunta incómoda en su visión más optimista del futuro de Nintendo

La crisis que está atravesando Nintendo ha hecho que incluso el jefe de desarrollo, Shigeru Miyamoto, se haya presentado ante los inversores de la compañía junto al presidente Satoru Iwata para rendir cuentas sobre la situación de la compañía y las expectativas a futuro. Y dada la reciente polémica sobre su supuesta jubilación, también ha tenido que dar explicaciones sobre su propio futuro.

En dos frases, Miyamoto ha sorteado la polémica y ha convertido una pregunta incómoda en una visión optimista del furuto de Nintendo. Que no se va a jubilar; que está cambiando su forma de trabajar para ser mejor; que confía en los suyos.

Ha vuelto a decir, si cabe con otras palabras mucho más ligeras para el oído, que lo que está haciendo es cambiar su forma de trabajar y dejar que cada persona de Nintendo sea un poco más libre para explotar su creatividad, aunque sea libertad vigilada. Se ha armado de paciencia, asegura, para no estar siempre pendiente de todo el mundo y de todos los trabajos, y de esta forma ha conseguido liberar parte de su jornada para lo que él considera la clave de todas sus tareas: inventar grandes éxitos.

"Ahora paso más tiempo que antes buscando nuevas ideas para nuevos desarrollos en lugar de centrar mis energías en trabajar en mis equipos para solidificar los contenidos de los juegos de franquicias (ya existentes). En el fondo, desarrollar grandes hits tiene que ser la solución. Actúo sabiendo que un gran éxito puede cambiar múltiples fases de una situación en la industria del entretenimiento, y siento que encontrar este gran hit es mi trabajo básico."

Miyamoto sigue siendo insustituible

En Nintendo se está trabajando de otra forma. Su organización está evolucionando y está pasando por las mismas fases que cualquier gran conglomerado de sus dimensiones podría llegar a pasar, incluidos los traumas por relevos generacionales.