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Red Steel

Ubisoft París se ha puesto a desarrollar el mejor juego original para Wii de los publicados hasta la fecha. Veamos en qué ha quedado Red Steel.

Red Steel - Análisis

 El control de Red Steel también cumple con suficiencia. Al comienzo de la aventura, Miyu te ayudará a configurar la pantalla en un pequeño y sutil tutorial. Poco a poco se irán introduciendo nuevas explicaciones durante el primer nivel. Un texto negro acompañado de un dibujo en la parte superior de la imagen contendrá las claves de manejo. La cámara permanece siempre estática situada sobre el arma, y su movimiento se realiza con el puntero. Un gesto más severo que el de apuntado permitirá rotar a derecha e izquierda, mirar arriba y abajo, pero sin excederse.

El uso del arma queda para el Wiimote y el del personaje para el nunchaku, excepto la recarga de balas que también se hará con la mano secundaria. Del mismo modo, las granadas pueden lanzarse con más precisión simulando el gesto con la mano que sostiene el mando anexionable. Dicho esto, el disparo en Red Steel es similar al de cualquier FPS, apuntar, fijar el blanco y disparar, hasta que entran en funcionamiento las características especiales de los controles de Wii.

 Apuntar personalmente a los enemigos con tu propia arma permite mejorar el acierto y la sensación del disparo. Pero sin duda lo más logrado es el efecto zoom. Si pulsas el botón para fijar el blanco y mueves tu brazo hacia adelante se acercará el objetivo en pantalla. De este modo, ya no solo será más sencillo acertar al rival por verlo desde más cerca, sino también porque tu brazo queda configurado en perpendicular a la imagen, como si realmente estuvieses en posición de abrir fuego real y quisieses ajustar tu vista por el pasador de una pistola (no, no hace falta cerrar un ojo y situar el mando frente a la cara).

A partir de un momento determinado de la historia entra también en juego la opción del Tiempo Bala. Consiste en una ralentización del tiempo debido “a la capacidad de concentración adquirida”. En la práctica, utilizando esta técnica podrás abatir a los enemigos mientras están congelados. Sin embargo, la verdadera utilidad está en hacerlo para desarmarles. Al accionar el tiempo bala (que se realiza adelantando el Wiimote bruscamente o, más sencillo, pulsando el botón C) un recuadro mostrará las armas visibles de los enemigos. Entonces, podremos marcarlas y dispararlas. Si acertamos quedarán aturdidos y será nuestro momento para forzar su rendición; para lograrlo es necesario girar el Wiimote de arriba a abajo suavemente durante unos segundos. El éxito de esta posibilidad pasa por encontrar al cabecilla de cada grupo de enemigos. Si conseguimos desarmarle (que no abatirle), todos sus secuaces se rendirán junto a él, de modo que ahorraremos tiempo, balas y riesgo, a la vez que sumaremos puntos de respeto.


Estas son las dos novedades destacables en el uso de armas de fuego de Red Steel pero, al tratarse de una nueva experiencia, cuesta encontrar el equilibrio de la mira. Para solventar el problema se permite ajustar la sensibilidad del Wiimote, habilitando así movimientos más bruscos. Hay que recordar que un si el puntero sale de la pantalla nuestro personaje comenzará a girar sin control hasta que volvamos a enfocar al punto exacto. La curva de aprendizaje se ve reflejada en las puntuaciones de las misiones, que crecen a medida que ganamos afinidad con el control. Por tanto, el manejo y la respuesta del Wiimote son suficientemente buenos como para que un jugador experimentado no encuentre problemas a la hora de acertar a un enemigo en movimiento o incluso desde la distancia.

Se destapa aquí otro punto fuerte de Red Steel: la rejugabilidad. El título permite que, una vez terminado, seleccionemos cualquier misión para volver a completarla y mejorar nuestra puntuación y nuestro rango. Es satisfactorio ver elevado nuestro porcentaje de acierto y recortado el tiempo en el que se completa cada misión, a la vez que aumentan los puntos de respeto. Además, existen dos finales distintos que cada uno deberá descubrir por sí mismo.