[E3-2010] Activision monta una traca y desmonta el mito de la conferencia

Activision se desmarcó la noche del lunes de la tradicional conferencia de prensa previa al E3 y presentó sus novedades de una forma que se le ha dado muy bien en la última década: poniendo ritmo.

La compañía que más benefició sacó en el año fiscal 2009 tiró de talonario para decorar el amarillento Staples Center de Los Ángeles con los colores negro y blanco de su compañía e invitó a miles de personas a presenciar en directo lo que tendrán que ofrecer este 2010, pero sin ningún directivo sobre el escenario. Todo quedó en un montaje audiovisual espectacular de vídeojuegos en la pantalla gigante y música en el escenario.

Abrió el evento un montaje de bailarines al ritmo de Lady Gaga (no, ella no estuvo) y notas de scratch en los monitores. Era la segunda entrega de DJ Hero, con una suma de DJ's mezclando hasta la llegada de Deadmau5 y David Guetta, cabezas de cartel del juego de mezclar. La grada baja del Staples contemplaba sentada mientras que los más fans quemaban calorías sobre la tarima. El rapero convertido al pop Usher marcó la transición con un concierto frió hacia el siguiente juego, musical por supuesto.

Guitar Hero: Warriors of Rock subió los decibelios y cambió la cara a la noche. Aquello estaba hecho para gustar, no sólo para vender. Los cuatro personajes de siempre se marcaron un videoclip entrañable de Bohemian Rapshody mientras que en el escenario Maynard James Keena, de Tool, tocaba la melodía con una coordinación absoluta que mereció la primera ovación sincera de la noche. Jane's Addiction alargó el momento de éxtasis hasta la presentación de Guitar Hero: Megadeth, un nuevo monográfico para volver a las raíces duras de la serie.

El momento en palabras lo puso Tony Hawk para presentar oficialmente Shred. Volverá a utilizar ese periférico que fracasó el pasado otoño, pero el vídeo que le acompañaba quería significar que quieren volver a los viejos tiempos, a la vez que se infiltra en otro terreno, el snowboarding. Una performace de telas desde lo alto del Staples, que esta noche marcará hacia dónde cae el anillo de la NBA, introdujo True Crime: Honk Kong. Era el último giro de la noche.

Porque no podía acabar sin Call of Duty, porque Black Ops no es "de los impares". El encargado de ponerle la sustancia fue Eminem, que tomará parte en la banda sonora, en un extraño trío en el que le acompañaban Rihanna y Travis Barker, el batería de Blink 182.

Seis millones de dólares dicen que costó todo esto, un presupuesto que en estos momentos está al alcance de muy pocas compañías. No sabemos si alguien seguirá sus pasos o si Activision repetirá en algún momento algo así, pero el experimento fue todo un éxito. Total, ya se encargarán los medios de difundir las notas de prensa y los tráilers durante meses y meses, aquí lo único que había que hacer era darse a conocer. Y lo consiguieron.