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La orquestación en The Last Story

La importancia de la orquestación.

La finalidad del presente artículo no es realizar un análisis de la calidad de la banda sonora de The Last Story, ya que en internet se pueden encontrar muchos de estos y, además, de gran interés. Por lo tanto, lejos de querer volver a escribir lo que ya nos cuentan Mark y Jayson en sus respectivos textos, vamos a centrarnos en un aspecto que, pese a su importancia capital en el resultado final, suele pasar desapercibido para la mayoría de la gente que no se dedica a la música: La orquestación.

Bien es sabido por todos que la banda sonora de The Last Story ha sido uno de los elementos del juego que más expectativas han levantado. No en vano, ésta corre a cargo del afamado compositor japonés Nobuo Uematsu, encargado también de la mayor parte de la música de la saga Final Fantasy, así como de otros juegos de corte similar como Blue Dragon o Lost Odyssey y cuyo nombre acompaña al de Hironobu Sakaguchi en la carátula del juego.. Sin embargo, sorprendentemente la banda sonora recuerda más a la que se pudo escuchar en la saga Metal Gear Solid que a sus trabajos anteriores. Esto es debido a que la orquestación está en manos de Yoshitaka Suzuki, miembro del estudio musical GEM Impact, responsable de la música en la saga de Hideo Kojima.

La importancia del orquestador 

La música se interpreta con instrumentos de naturalezas muy diferentes, como pueden ser las voces, las cuerdas, los vientos, la percusión o incluso los modernos sintetizadores. Un buen orquestador ha de dominar tanto los instrumentos por separado como en conjunto, además de los diferentes estilos de todas las épocas. Así pues, la orquestación no es precisamente una cosa fácil, ni menor, ni tampoco mecánica. Y no todo el mundo tiene ni la capacidad ni el conocimiento para efectuarla.

Música The Last Story

Cuando Nobuo Uematsu descubrió las posibilidades del chip de sonido de SNES se dio cuenta que sus conocimientos de instrumentación no siempre le servirían para crear la atmósfera que cada título necesitaba, así que empezó a recurrir eventualmente a la ayuda de diversos orquestadores profesionales. No es una práctica extraña, de hecho es la forma de trabajar en la música de cine y, a su vez, es el germen de los estudios musicales como el mencionado GEM Impact, el de Hans Zimmer, el de Christopher Young o el de ACE+. Tampoco la música culta occidental es ajena a este fenómeno. Por ejemplo, el compositor Modést Mussorgski tenía serias dificultades para orquestar y sus obras más famosas fueron instrumentadas por Ravel y por Rimski-Korsakov. De hecho, de “Noche en el monte pelado” existe una versión orquestada por Mussorgski y otra por Korsakov, siendo la segunda mucho mejor gracias a un uso más correcto de los instrumentos en cada momento. Con esto queda patente que, aunque ayuda, la capacidad de orquestar es relativamente independiente de la de componer.

La tarea del orquestador no es fácil y muchas veces tienen que arreglar las composiciones del compositor titular, siendo el resultado final en ocasiones más responsabilidad de ellos que de los propios compositores que figuran en los créditos. Muchos se sorprenden cuando descubren que Danny Elfman apenas sabe música, pero tiene unos muy buenos orquestadores que arreglan y le dan vida a sus ideas originales. Este fenómeno, no obstante, se ve más acentuado en la música de cine que en la de videojuegos principalmente por la falta de tiempo material en las primeras.