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El `hardcore gaming´ debe morir

Ya está. Parece que ya es oficial: Nintendo no es `hardcore´.

Por tanto, usar ese término para cierto tipo de jugadores, a pesar de que haya perdido ya cualquier atisbo de su significado tradicional, no es arbitrario. Porque ser `hardcore´ mola. Ser `hardcore´ te hace estar a un nivel superior de percepción cuasi divina sobre los misterios de esta forma de ocio. A pesar de que, hoy en día, el  `hardcore gaming´ sea consumir juegos de 6 horas de media en donde el reto es mínimo, morir es prácticamente imposible, y el juego parece una mera excusa para enlazar cinemáticas.

Definitivamente, hay miedo a Nintendo. Mucho miedo. Wii fue una desagradable sorpresa para la mayor parte de la industria norteamericana del videojuego, que ya preparaba el funeral de la Gran N con honores y el nacimiento de una nueva era talasocrática para occidente. Y su respuesta fue tan rastrera como contundente: destrozar la imagen de Nintendo. Si ellos buscaban a un nuevo tipo de jugador para sobrevivir, los otros se tenían que asegurar de que no probaban bocado de los antiguos jugadores.

hardcore gamers

Y así comenzó esta absurda cadena de puyas, descalificativos, menosprecio, y abandono hacia las consolas de Nintendo y, por ende, hacia sus usuarios. Situación que han alimentado, y de la que se han beneficiado a partes iguales, la industria, aquellos que se denominan analistas, y los medios. Y de la industria y los analistas se entiende, porque los intereses son sencilla y directamente económicos; pero de los medios... de los medios se podría esperar algo más de criterio. Porque nosotros, como parte activa de esto que denominamos prensa especializada, deberíamos tener la obligación de informar, primero, y opinar, después, pero nunca desde el fanatismo y, sobre todo, desde el desprecio como norma. Los medios deberían seguir siendo independientes de los intereses de la industria, porque entonces pasamos de ser información, a ser propaganda.

Y es que es realmente triste ver la cantidad de sandeces que se han escrito durante los últimos años referentes a Nintendo. La última, el penoso análisis de IGN USA en 3DS a un juego como Castlevania: Lords of Shadow - Mirror of Fate. Sandeces que tienen como objetivo alinear a la gente. Crear bandos. Ahondar aún más la enorme brecha entre usuarios que ya se empeñaban en dibujar desde la propia industria, con la sola idea de afianzar su aún más escasa y sectaria base de consumidores ante el miedo de la visión expansionista de Nintendo. A nadie se le ocurrió que quizá fuera positivo intentar dar el mismo bocado que la Gran N.

A nadie se le ocurrió intentar apuntar a una mayor cantidad de gente, y embarcarse en la aventura de hacer que la prensa especializada de videojuegos fuera tan común y aceptada como la del cine, o la de la música. No, eligieron la senda de la diferenciación. Del falso elitismo. Se sumaron a la ola de cobardía de la industria, y se autodenominaron incapaces de ampliar horizontes, de reinventarse.