Portada » Artículos » Artículo » Especial Dragon Quest

Especial Dragon Quest

Un repaso a una franquicia que es parte de la cultura de Japón.


 

La noticia ha saltado y recorrido la web como un reguero de pólvora encendido. Dragon Quest X exclusivo en Wii. Los cimientos de la industria japonesa se estremecen y os aseguro que el tema se va a debatir en las mesas de juntas de todas las compañías de juegos del mundo. Ya fue suficientemente extraño que a Square-Enix se le fuera la pinza y escogiera a la DS para el Dragon Quest IX, pero ¿Dragon Quest X en Wii?

 Pero muchos de vosotros pensaréis: “Bueno, es un juego. Si fuera Final Fantasy todavía, que es una franquicia millonaria y con sus añitos, ¿pero Dragon Quest? ¿Es realmente tan importante?”

El problema de esta saga es que hasta apenas dos años era inédita en Europa, aunque en los EEUU han disfrutado de casi todos los lanzamientos bajo el nombre de Dragon Warrior. En Europa, la franquicia de Enix era casi desconocida, pero en Japón… ¡ay en Japón!

Hablar de Dragon Quest es hablar de cómo un joven llamado Yuji Horii ganó un concurso de programación de videojuegos y viajó a los EEUU. En ese viaje conocería a otros ganadores, Koichi Nakamura (programador) y Yukinobu Chida (productor), y juntos hicieron Portopia Renzoku Satsujin Jiken, un juego de misterio y crimen para el sistema Famicon (en occidente nuestra adorada NES) que sólo salió en Japón, editado por Enix. Impresionado por el juego, Koichi Sugiyama, un famoso compositor de jingles publicitarios, escribió a Enix felicitando la labor de Horii y compañía. Enix le propuso entonces componer las melodías de su próximo juego y éste acepto. Para diseñar los personajes de dicho juego, Horii pidió ayuda a su amigo Akira Toriyama, quien por entonces ya era un mangaka de éxito gracias a Dr. Slump y una naciente Dragon Ball.


Akira Toriyama (izq) y Yuji Horii (der)

Influenciados por títulos como Ultima y Wizardry, Horii quiso crear un manga interactivo, en el que el jugador tuviera libertad de acciones en un mundo de fantasía. Nació así Dragon Quest, el primer gran RPG japonés.

Fue un éxito sin precedentes nada más salir al mercado, en 1986. No pasó mucho tiempo hasta que le salieron imitadores. Un programador llamado Hironobu Sakaguchi, encargado de hacer el último título de una moribunda Squaresoft, decidió copiar la fórmula y crear Final Fantasy, con unas consecuencias más que conocidas. Y tampoco pasó mucho tiempo hasta que salió Dragon Quest II, ese mismo año, en uno de los lanzamientos con más controversia de la historia de Japón, ya que provocó un alarmante absentismo escolar y laboral. ¡La solución fue la promulgación de una ley  que prohibía el lanzamiento de un juego de la saga en día laborable!

De igual, y asombrosa, forma, uno de los monstruos del juego, Slime, una gota de limo azulada más simpática que un peluche de Bowser, es un icono en Japón y considerada uno de los símbolos patrios, a la altura del árbol del cerezo. La influencia del juego es tal, que el nombre del hechizo de curación de la saga es utilizado en el idioma cotidiano como sinónimo de cura y alivio.