The Legend Of Zelda: Twilight Princess
Aquí está Zelda más grande de todos los tiempos. Una experiencia que ningún revogamer debería perderse. Descubre cómo es vivirla.
The Legend of Zelda: Twilight Princess - Análisis
Definitivamente, analizar un juego no es fácil, pero en este caso se convierte en una odisea. Para empezar estamos hablando de un juego de lanzamiento para una nueva plataforma. Juzgar técnicamente un título de estas características hace que éste ya comience en desventaja, porque obviamente nunca exprimen del todo el hardware de la plataforma en la que salen. Es difícil evaluar algo desde cero, sin poder echar la vista atrás para tomar alguna pista. También es inútil echar un vistazo a la competencia, pues, para bien o para mal, Wii no fue diseñada para estar a la vanguardia de la "era HD".
El segundo factor que hace difícil evaluar Twilight Princess es mucho más sencillo: es un Zelda . Y no es una saga cualquiera. Si tuviéramos que escoger media docena de títulos para salvar de la destrucción total, sin duda habría algún Zelda en la lista. Si bien ahora analizamos el título tras acabarlo, precisamente por ser un Zelda , y por ser el Zelda que es, le hemos dedicado más textos que a cualquier otro proyecto durante su desarrollo.
A lo largo de esta veterana franquicia (ya van 20 años) Hyrule siempre ha sido un mundo vasto y rico, lleno de hermosos paisajes naturales, ruinas misteriosas, gentes peculiares y leyendas que se remontan a los tiempos de la propia creación. En cada entrega, hemos visto como la tecnología se esforzaba en presentarnos un mundo cada vez más detallado y vivo, donde transcurren las noches y los días, llueve y hace sol, el viento azota, el sol quema o las ventiscas no nos dejan ver adónde nos llevará el siguiente paso en nuestra aventura.
Y nunca antes habíamos visto un Hyrule como el de Twilight Princess . Alejándose del mundo esquemático de Wind Waker , Twilight Princess se erige como máximo defensor del detalle, desde la recreación de un suelo de piedra hasta la forma en la que el agua ondea. Por supuesto que no es el mayor exponente gráfico que podemos encontrar en las tiendas, pero la grandísima baza gráfica de este Zelda es su equilibrio.
Nada destaca porque, sencillamente, tal y como se ha diseñado el juego, no puedes decidir qué elemento sobresale más. La iluminación es soberbia, pero las animaciones de los personajes no le andan a la zaga. Una caída de manos, un encogimiento de hombros, todo se mueve con la sensación de que estamos ante actores con una piel de polígonos ¿La sensación de libertad que da mirar hasta donde la vista alcanza y no ver ni una brizna de niebla? En verdad el límite de Twilight Princess es el horizonte. ¿Las expresiones faciales? Twilight Princess es capaz de comunicar emociones con sólo una mirada de sus personajes.
El juego está plagado de pequeños detalles, tal vez innecesarios, pero ahí están, y ayudan a crear atmósfera. Hay uno al que tengo especial aprecio: al andar por un pasillo oscuro usando el farol y necesitemos luchar con nuestra espada, Link se colgará la linterna en el cinto y ahí seguirá hasta que decidamos lo contrario. Un gesto tan natural que sorprende.
Pero hay que tener una cosa fundamental en cuenta a lo hora de apreciar este título en su apartado gráfico: no es un juego de Wii. Estamos ante una conversión directa de un título de NGC. Para el cubo de Nintendo, este Zelda es un prodigio que se erige como el máximo exponente de la pasada generación , pero para Wii se queda algo corto. Hemos visto de lo que Mario Galaxy y Metroid Prime 3 van a ser capaces y este Zelda queda por detrás. Aún así, es un lujo que un título así sea de lanzamiento y posee muchas bazas que lo hacen indispensable .