Super Mario Galaxy
No hace ni cinco minutos, en una galaxia muy, muy lejana… Disponte a descubrir con Revogamers por qué Mario Galaxy es un juego que fija un antes y un después en la historia de los videojuegos.
Super Mario Galaxy - Análisis

Desde la primera estrella hasta la última, Mario Galaxy es un juego redondo, completo, sin fisuras. Es como cuando tienes una caja de bombones que te han traído de muy lejos, esos que están rellenos de cosas que nunca podrías imaginar que casan tan bien con el chocolate, como el tomillo (sí, habéis leído bien: tomillo), o una botella de ese vodka de hierbas polaco de marca impronunciable. El contenido de la caja/botella se acaba a un ritmo alarmantemente rápido hasta que queda el último bombón/chupito. Y te resistes a terminarlo, no quieres hacerlo porque sabes que pasará mucho tiempo hasta que vuelvas a tener algo parecido.
Pero incluso entonces Mario Galaxy sigue ofreciendo mil y una sorpresas, y por una vez no hablamos del premio por conseguir las 120 estrellas (nada que ver con una foto de familia, os lo aseguramos, este premio es de verdad) sino que siempre apetecerá rehacerse tal o cual estrella o conseguir el mayor número de monedas, o batir tu propio record personal...

Conclusión:
Desde el mimo de cada escenario, la melodía más insignificante, las animaciones de amigos y enemigos, el buen humor, el constante reto de los planetas que nos proporcionan puzles nunca vistos hasta ahora. Todo, absolutamente todo, es Mario en estado puro y de una calidad a la que es inútil aspirar, pues sólo unos pocos son capaces de alcanzar el Olimpo del Rey absoluto del os videojuegos.
Super Mario Galaxy es la culminación de un sueño: el de todo jugador que desea retos inteligentes, diseño exquisito, diversión a raudales y setas con ojos.
