Super Mario Galaxy
No hace ni cinco minutos, en una galaxia muy, muy lejana… Disponte a descubrir con Revogamers por qué Mario Galaxy es un juego que fija un antes y un después en la historia de los videojuegos.
Super Mario Galaxy - Análisis
Nuestro suelo quedará regado con babas cuando oigamos la melodía de la primera galaxia del segundo planetario. Si no queréis esperar tanto a oírla dejad la pantalla del título un rato, pero os aviso que no es lo mismo sin lluvia de polvo de estrellas y "tirachinas espaciales" (atentos a una galaxia secreta a base de tirachinas, me costó 15 vidas hacerme con la estrella, era la 1 de la mañana). Igualmente bello es el vals del escenario principal del juego, lleno de estrellitas amarillas que chillan emocionadas cuando te acercas. Aunque, sin duda alguna, la mejor melodía del juego es la de los enfrentamientos contra Bowser: épica, inspiradora, con una fuerza inusitada.

Observar el universo- a través de un planeta casi por entero hecho de agua, ver la distorsión de la luz, ese azul transparente con miles de reflejos es sobrecogedor. Igual de sobrecogedor es hacer un salto largo en un planeta pequeño y ver cómo la cámara sigue a Mario en completa sintonía cuando la gravedad del planeta nos "obliga" a girar alrededor suyo mientras seguimos en el aire. Una cámara que se convierte en extensión de nuestro pensamiento, colocándose siempre en el ángulo perfecto para no perder detalle de nuestra evolución o para crear esa tensión de: si sigo por aquí, ¿me caeré o podré explorar la cara oculta del planeta? Los segmentos de scroll lateral con dos gravedades son antológicos, obligándote a cambiar el arriba/abajo de forma constante. Nunca fue tan divertido saltar bocabajo con cuidado de no entrar en la zona de gravedad opuesta y caer sin remisión en los turbulentos brazos de un agujero negro.
Los nuevos trajes de Mario son el súmmun de la originalidad. Mario abeja zumba furiosamente mientras vuela de forma bamboleante, errabunda, con Mario muelle entran ganas de empujarlo por unos escalones a ver qué pasa, Mario fantasma saca la lengua y pone cara de loco cuando lo haces levitar... Los reflejos del cuerpo Mario Hielo son hipnotizantes, al igual que contemplar a nuestro alter-ego en las pruebas de carreras, completamente oscuro salvo porque está salpicado por estrellas y nebulosas: es como contemplar una foto del Hubble con gorra.
