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Samurai Warriors 3

Koei y sus guerreros no nos quieren dejar huérfanos de beat'em up.

Samurai Warriors 3 - Análisis


Es un modo de juego más lineal y ‘pasillero’, frente los amplios escenarios de los demás modos. Formado por misiones más cortas, normalmente divididas en dos partes, ofreciendo algo más variedad al juego, y con misiones en las que, en ocasiones, tendremos que infiltrarnos en una zona sin ser vistos para llegar a la salida antes de un determinado tiempo o impedir que alguno de los demoníacos soldados acabe con la vida de varios aldeanos. Nos esperan un buen número de capítulos que cuentan con la opción de poder ser disfrutados con otro jugador ya sea a pantalla partida o vía online, con gente de nuestro mismo país o de todo el mundo. Cabe mencionar que es más factible encontrar de forma aleatoria a otra persona de cualquier parte del mundo que no a uno del propio país, y aún así no es fácil.

El apartado gráfico sigue siendo uno de los talones de Aquiles de la saga Warriors, pero a su favor, en esta tercera entrega el juego ha ganado en nitidez y pese a seguir sufriendo de popping en escenarios a campo abierto, con soldados que aparecen de la nada por el horizonte, aguanta sin ninguna ralentización tanto en los numerosos momentos en los que estamos rodeados por casi un centenar de enemigos como cuando se ejecutan los ataques musou.


Cuatro son las opciones de control para que cada uno elija libremente la que mejor le convenga, incluida la del mando Clásico Pro, ideal para los aficionados más tradicionales de la saga. Y es que si bien su jugabilidad vive bajo el estigma de ser considerado un ‘machaca botones,’ uno rápidamente se da cuenta de que pulsar todo el rato el botón ‘x’ del mando clásico sólo le va a servir para darse un paseo militar tanto en fácil como en normal, pero que de poco le sirve a la hora de enfrentarse cara a cara contra uno de los tantos generales en los niveles más altos de dificultad, especialmente en el modo Caos. Es ahí cuando el juego cobra más intensidad y llega incluso a agobiar debido a tener que estar atentos tanto de los rivales que se tienen enfrente y a los que cuesta romperles la guardia, como del avance de las tropas enemigas por los extensos mapas o de las más que posibles llamadas de auxilio de alguno de los aliados, y todo ello sin tener que descuidarse nunca de la barra de vida. Porque en esta entrega los soldados ya no soltarán las típicas bolas de arroz con las que poder recuperarse, ahora su número estará limitado a la opción de objetos que escojamos antes de cada capítulo y a los repartidos por todo el campo de batalla, dándole un mayor factor estratégico al juego.