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Samurai Warriors 3

Koei y sus guerreros no nos quieren dejar huérfanos de beat'em up.

Samurai Warriors 3 - Análisis


Cuando Koei y Omega Force decidieron darle un cambio radical a la segunda entrega de Dynasty Warriors, dejando a un lado las peleas de uno contra uno para pasar a un ‘yo contra el mundo,’ la cosa no les pudo ir mejor. Con media docena de títulos y numerosos spin-off, la franquicia Warriors se convirtió en la gallina de los huevos de oro de Koei.

De entre los diferentes spin-off que se han ido lanzando, uno de los que más ha sabido destacar por encima del resto ha sido Samurai Warriors. En esta ocasión se deja a un lado el Romance de los Tres Reinos en los que se inspiran las entregas de Dynasty Warriors para dar paso al período Sengoku, o de los Estados en Guerra. Un largo y cruento período de guerra civil japonesa en donde los diversos clanes pactaban, conspiraban y se traicionaban entre ellos, desembocando en numerosas batallas y en las que sobresalieron hombres como Nobunaga Oda, Hideyoshi Toyotomi o Tokugawa Ieyasu entre otros, que marcaron la historia del país del sol naciente y que lógicamente forman parte del vasto plantel de personajes de esta tercera entrega.


Pese a ser la tercera parte y contar con numerosas versiones de sus anteriores capítulos, para muchos usuarios de Wii ésta les resultará toda una novedad dada la inexplicable ausencia que han tenido estos títulos de Koei en las consolas domésticas de Nintendo. Pero para compensarnos por este abandono, junto a sus caras más representativas de las anteriores entregas, han rescatado al clásico de NES Nazo no Murasamejo, basándolo en un nuevo modo de juego exclusivo de Wii protagonizado por el mismísimo Takamaru.

37+1 personajes disponibles para ser controlados, aunque de ellos sólo treinta disponen de su propio arco argumental en el modo Historia. De esta treintena de personajes con viejas caras conocidas como las de Yukimura Sanada y compañía, se les suman a la batalla otros siete guerreros, más el anteriormente citado Takamaru, cada uno de ellos con su peculiar personalidad, su propia historia y estilo de lucha. Uno de los planteles más grandes de la saga y que como es habitual, se tendrán que ir desbloqueando gradualmente uno por uno.