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Need for Speed: Hot Pursuit

Necesitarás muchos nitros para huir de él.

Need For Speed: Hot Pursuit - Análisis

Hay ciertos juegos que llevan implícito en su título el espíritu con el que se abordó su desarrollo. Este nuevo Need for Speed es un ejemplo clarísimo de esta situación. Y por partida doble.

Por un lado, Need for Speed puede hacer alusión a que un día entró el director de proyecto en la sala de reuniones y gritó: ¡Hay que darse prisa! Y claro, todos sabemos lo que ocurre cuando se hacen las cosas así. Por otro lado, Need for Speed tiene una segunda lectura, más sórdida, pero que también explica muchas de las decisiones de su desarrollo, que parecen tomadas por un toxicómano con suficiente mono como para repoblar las selvas de Ruanda. Jugar a Need for Speed: Hot Pursuit es como tirarle  una pelota a un perro disecado: no sólo es aburrido, además te preguntas por qué lo estás haciendo.

Need For Speed: Hot Pursuit - Wii Análisis

Seamos sinceros: lo de EA con la versión de Wii de Need For Speed es de vergüenza ajena, un escupitajo en el ojo del consumidor, un insulto a su inteligencia y, sobre todo, una falta de amor propio que debería ser castigada. Cada error y fallo que vemos es una patada en la entrepierna, porque uno sabe perfectamente que no ha sido ni por falta de dinero, ni por echarse una fecha de lanzamiento encima, sino única y exclusivamente porque no les ha dado la gana sacar un producto, ya no bueno, sino con unos mínimos de dignidad.

Visualmente, Need for Speed: Hot Pursuit es un viaje al pasado. Te sientes como si estuvieras jugando a un juego de hace una década, con unos modelados llenos de picos y escenarios vacíos. La época de las texturas planas y la ausencia de elementos decorativos, cuando los motores de físicas empezaban a hacer sus pinitos, pero todavía quedaba mucho camino por delante.

El modelado de los coches es tosco, acartonado, al igual que el de los edificios. Los escenarios están vacíos, salvo por el tráfico. Los paisajes, nulos. La personalización de los circuitos se basa en el trazado y en el nombre de los corredores que compiten contra ti. El juego carece completamente de carisma y está despersonalizado.

Después de unas horas, y sólo para estar seguro de que mis ojos no me estaban engañando, saqué el disco de mi Wii y coloqué en su lugar el F-Zero GX, de NGC. Pero no, la evidencia era innegable. Señores de EA, ¿cómo es posible que un título que tiene ocho años de antigüedad no ya supere, sino humille, a su juego de conducción?