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Kid Icarus Uprising

Por tierra, aire... y la red.

Kid Icarus: Uprising - Análisis

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El primer juego de Nintendo 3DS. Así podríamos llamar a Kid Icarus: Uprising porque fue el primer título de la consola que Nintendo enseñó al público, aunque de eso hace ya casi dos años. También prometió que sería de los primeros en estar a la venta y al final acabó siendo el primero en retrasarse. Hasta ahora, porque este viernes 23 de marzo, un año más tarde de lo previsto, Pit vuelve a volar.

A cargo de esta gran producción está Masahiro Sakurai, que se ha ganado la fama y ha conseguido millones de fans gracias a su reinvención del género de batallas que son los Smash Bros. Pero en esta ocasión se cambia de género y se pasa a la acción. Eso sí, directa, frenética, sin rodeos. La marca de Sakurai está presente en cada rincón de Kid Icarus: Uprising. En el contenido y en la forma, pero sin olvidarse de las raíces, de ese primer Kid Icarus de NES que Gunpei Yokoi y Satoru Okada crearon hace más de 25 años en un proyecto gemelo de Metroid.

¿Reedición? ¿Secuela? ¿Juego nuevo?

Ante todo, Kid Icarus: Uprising es un juego con mucha personalidad. Lo más importante es disparar y moverse, con algunos momentos, pero muy contados para las plataformas. Es una vuelta de tuerca más en la fórmula que empleada en el título original, que a pesar de ser 2D con multitud de analisis kid icarus uprising nintendo 3dsplataformas, también estaba cargado de acción, con variedad de armas, objetos y habilidades con los que mejorar el equipamiento.

Y aprovechándose de esa fórmula vuelve a contar una historia completamente inventada en la que se mezclan varios mitos griegos sin mucho criterio. Porque el equipo original no se tomó en serio la trama en su momento y tampoco se la ha tomado ahora el Sora Team de Sakurai. El personaje que controlas, Pit, no tiene mucho que ver con el de la Leyenda de Ícaro y su relación con Palutena, la diosa que le otorga los dones, es adolescente. Mientras que Medusa se ha quedado casi sin papel porque va de mala y no le hacen ni caso.

Esto no es un juego épico de guerras divinas,  es una broma contínua. Los personajes son ridículos, desde los principales hasta el esbirro más sencillo. Se pasan toda la partida hablando entre ellos (en inglés, subtitulado en español, pero al menos puedes escoger si los quieres en la pantalla táctil o en la 3D para que no interrumpan la acción), haciendo chistes inocentes y recordando escenas o personajes del primer título, apoyándose siempre en la pantalla táctil porque la acción no se detiene en la superior. Los jefes de cada pantalla, grandes semidioses de la muerte, son como mucho "poco analisis kid icarus uprising nintendo 3dslistos". Están acomplejados y no lo ocultan. Discuten entre ellos o se mandan callar y tienen algunos puntos que te hacen soltar una sonrisa.

Es cierto que no importa absolutamente nada para la partida, no hace el juego ni mejor ni peor, pero como siempre hay que contar algo esta forma distendida de acompañar es la mejor opción que pudieron tomar.

La conversación juega todo el tiempo con la banda sonora y los efectos de sonido. Los tres se apoyan y se complementan entre sí. La mayoría de los recursos son revisiones y reciclaje del juego antiguo, ahora con más caliadad. Se nota la mano de los compositores, pero no va a dejar la misma huella.