[E3 11] Luigi´s Mansion 2 - Impresiones

Una de las franquicias que más aclamaciones ha levantado en la conferencia de Nintendo ha sido Luigi's Mansion, que llega a 3DS en una secuela que muestra cómo la portátil le sienta a la saga como un guante.

En la demo que pudimos probar estábamos, como no podía ser de otra forma, dentro de una mansión que recordaba bastante a la que se pudo ver en la entrega de Nintendo Game Cube, pero sin ser la misma. Lo primero que llama la atención del título es lo bien que explota el potencial de la consola. Ya se va viendo lo que 3DS es capaz de hacer, y lo cierto es que deja muy buen sabor de boca. No es ya sólo los escenarios ricamente detallados llenos de elementos con los que interaccionar, o la genial reacción de la iluminación de los entornos a la linterna de Luigi, que esta vez deslumbra al jugador aprovechándose del efecto 3D.

Es, sobre todo, el éxito que supone poder llevar una ambientación como la de Luigi's Mansion, que combina humor con suspense y exploración, sin que se resienta lo más mínimo en un sistema portátil. Nintendo lo ha tenido claro: no utilizar lo que no es necesario. En Luigi's Mansion, por ejemplo, no se le ha dado especial importancia a la pantalla táctil. Todo ocurre arriba, y ocurre tan bien y de forma tan intentsa, que no han querido que apartemos ni un momento la mirada de la pantalla superior. Controlaremos a Luigi con los botones de la consola, podremos tanto soplar como aspirar con nuestra aspiradora, pero además podremos (y deberemos) deslumbrar a estos nuevos fantasmas para poder atraparlos.

Además, en ciertos momentos podremos pasar a la vista en primera persona, e inspeccionar los escenarios moviendo la consola al más puro estilo Atrapacaras, el juego incluído de serie con la portátil, apreciándose aun más si cabe el genial trabajo visual que Nintendo está haciendo con el juego.

En definitiva, grandes gráficos, genial 3D, control cuasi perfecto y una genial ambientación para el retorno del hermano más miedoso de los videojuegos, un retorno que ya se estaba haciendo de rogar y que pinta a juegazo por todos lados.

                Por Jose Luis Villalobos