Lucasarts: la muerte de un gigante
¿Cómo fue la relación de la empresa de Star Wars con Nintendo?
Star Wars: Shadows of the Empire
Shadows of the Empire fue uno de los primeros juegos en salir para la N64. Nunca antes se había vivido el universo Star Wars de esa forma en una videoconsola doméstica. A años luz de lo que una PSX o una Saturn podía hacer, contaba lo que ocurría entre El Imperio Contraataca y el Retorno del Jedi mientras controlábamos a un cazarrecompensas, Dash Rendar, que se parecía más a Han Solo de lo que debería, nave incluida.
El juego mezclaba niveles de naves espaciales, realmente complicados, de shooters estilo marcianitos y los niveles con perspectiva en primera persona, en los que teníamos que acabar con las oleadas de tropas imperiales con multitud de armas y gadgets (como un jetpack).
La saga Rogue Squadron
Sin duda alguna, junto con Knights of the Old Republic, los mejores juegos de Star Wars que han salido nunca para consola. Aunque en este caso el mérito es más de Factor 5, la desarrolladora, que Lucasarts, que aquí hizo de distribuidora.
Rogue Squadron salió para N64 y para jugarlo era necesario tener el Expansion Pack de memoria. Rogue Squadron II: Rogue Leader salió para GameCube y, a día de hoy, está considerado como uno de los mejores juegos de naves que jamás se han hecho. La licencia de Star Wars alcanzó una nueva cota de calidad con estos dos títulos, que demostraron que los juegos de naves seguían de moda y que podrían ser verdaderas obras maestras.
Una tercera parte Rogue Squadron III, también salió para GameCube, introduciendo fases terrestres por primera vez en la saga, pero Factor 5 ya se encontraba por entonces en su declive y su calidad fue inferior a la de sus hermanos mayores. Sin embargo, los Rogue Leader siguen siendo de los juegos más queridos y recordados de Star Wars para cualquier plataforma.