Feliz segundo cumpleaños, Wii
Y que cumplas muchos más, porque tienen muy buena pinta.
No puede olvidarse que en el primer año de Wii, Nintendo recibió su primer accesorio para 'jugar con música', la pequeña Les Paul para trastear en Guitar Hero III, que poco a poco empezó a recibir la compañía de multitud de instrumentos a causa de la explosión del género musical.
Pero quien piense que ya tiene la casa llena de cacharros, que siga haciendo hueco porque en 2009 llega Wii Motion+. Esto ya no es sólo un complemento, es una auténtica mejora del Wiimote. Es un salto de calidad que podría quedar como algo anecdótico o convertirse en el estándar para los próximos juegos cuyo control esté basado en el movimiento. Una apuesta realmente interesante ya que permitirá nuevas acciones, más gestos y mejor retrato de la realidad. Lástima que no llegase incluido en ese primer mando que agarramos por primera vez dos años atrás y del que ya esperábamos todo esto que tendremos que comprar ahora.
También poco a poco está tirando Nintendo las redes sociales de Wii. La compañía se ha quedado muy estancada en el lanzamiento de canales. Cada nueva apuesta es más un pasatiempos que una utilidad, excepto el Canal Nintendo, que ya está activo en todos los territorios (incluso con contenido de creación nacional). Un pequeño sistema de información directo para los propietarios de la consola y que además permite probar algunos juegos de DS. Sería sensacional que, por fin, nos alegrasen con demos de Wii, que para eso es la consola que alberga el canal.
Lo que sí ha pegado por fin la arrancada es WiiWare. Tras años y medio de espera, llegó el momento de que pequeños estudios pusieran sus juegos nuevos a la venta en el Canal Tienda, evitando costes de publicidad y de distribución. ¡Y qué juegos! Plataformas en 2D, puzles de todos los estilos y calidades, venta por fascículos, mucha vulgaridad y hasta el resurgir de una de las estrellas de todos los tiempos, Mega Man. Quien esperase superproducciones debe saber que éste no es su sitio, y sobre todo que la calidad no responde a un patrón único. Que aquí la originalidad manda.