Enemigo mÃo: la historia del erizo y el fontanero.
Sonic y Mario están unidos desde su concepción.
Sonic y Mario, erizo y fontanero. Amigos y rivales. Dos personajes míticos, que pese a haber tenido una rivalidad mas que patente, a día de hoy se encuentran mas unidos que nunca. Espejo de sus respectivas compañías, Sega y Nintendo, gracias a las constantes disputas de estos dos emblemas generacionales la industria vivió una de sus mejores, si no la mejor, épocas de las que hemos podido disfrutar, la era de los 16 bits. Dos personajes que se deben mucho, y que no serían ni la mitad de lo que son si no fuese por el otro.
Ya desde antes incluso de su creación, los destinos de Sonic y Mario estaban unidos, e incluso yendo mas allá, incluso sus compañías matrices comenzaron su andadura en el mundo de las consolas de sobremesa tal y como las conocemos a la vez. Tanto la primera consola al uso de SEGA como la de Nintendo, SG-1000 y Famicom respectivamente, fueron lanzadas al mercado en Japón el 15 de Julio de 1983, aunque no era la primera vez que ninguna de las dos compañías trasteaban con la idea de triunfar en la entonces recién nacida industria del videojuego, con numerosos arcades a sus espaldas por el lado de SEGA y con la TV-Game al lado de los de Kyoto.
Nintendo tomó la delantera del mercado casero con su Famicom, algo de lo que Mario, el polifacético fontanero, tenía mucha culpa. SEGA quería hacer despegar a su compañía en dicho mercado, pues aunque en los arcades era la reina, las versiones de sus juegos de recreativa para su consola de sobremesa SG-1000 y su hermana mayor Mark III/Master System no enganchaban tanto al público como para desbancar a la centenaria compañía. Necesitaba una mascota.
Muchos fueron los personajes que lucharon por este puesto. Desde el Profesor Asobin, un simpático conejito que acompañaba los manuales de instrucciones de los juegos de SG-1000, al erizo azul fueron varios los que intentaron desbancar al fontanero. Opa Opa, Space Harrier...y por supuesto, Alex Kidd, del que seguro que os acordáis, pues es el que, con permiso de Sonic, llegó mas lejos de todos ellos. Pero quizás por ser demasiado parecido a Mario, el bueno de Alex no terminó de cuajar.
SEGA necesitaba algo diferente, algo agresivo, que se colase en las casas de todos y les dijese "¡Eh pardillo! ¿Que haces con ese gordo bigotudo tan pasado de moda?". Un chico malo. La antítesis de Mario, algo que atrajese a todo el que no hubiese encontrado en el fontanero a la horma de su zapato...e incluso a los que sí que lo hicieron.
Para ello tomaron la idea contraria al fontanero. En lugar de un humano, un animal. En lugar de un héroe bonachón, un descarado y gamberro erizo. De color azul, del color de Sega. Al contrario del rojo de Nintendo. Con un plataformeo veloz, donde la habilidad para avanzar a toda mecha mientras recogemos todo lo que podemos prima más que explorar el nivel lenta y concienzudamente. Con escenarios imposibles, retorcidos, llenos de curvas y tirabuzones, en lugar de bloques lineales y cuadriculados. Pero con similitudes, en un principio más de las que pueda parecer a primera vista. Todo fue analizado al detalle, para conseguir el "anti-Mario".
Mano a mano lucharon, tomaron prestadas cosas unos del otro. Sonic, su propia existencia, su propia "princesa" en forma de una Madonna que nunca llegaría a ver la luz del sol. Mario, un rival con el que retarse, algo que le impulsase a mejorar, a no dejarse pisar. E incluso, indirectamente, Sonic inspiró a otros grandes clásicos de Nintendo. ¿Correr sin tener que pulsar ningún botón? Firma de Sonic, adoptado por Yoshi en Yoshi´s Island. ¿Animales antropomórficos con una gran personalidad? Donkey Kong Country a la cabeza. Como si fuese una carrera de obstáculos, Mario y Sonic fueron empujándose el uno al otro hasta llegar a lo mas alto.