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¡30 años de leyenda!

The Legend of Zelda está de aniversario y nosotros le rendimos un sincero homenaje.

Experiencia vital - Gorka Méndez (Dartz719)

Pensar en la saga de Zelda es pensar en la propia vida de uno mismo máxime cuando has vivido de primera mano todos sus pasos. Aunque pude probar los originales en NES, la verdad es que por mi edad no los disfrute como se debían y no fue hasta la Super Nintendo con A Link to the Past cuando descubrí el verdadero significado de esta saga en mi vida.

Porque cualquier juego de Zelda es pura emoción y esa es quizá su gran magia, que más allá de las novedades técnicas de cada época ha sabido marcar el camino a seguir por muchos que lo han imitado hasta la saciedad o tomado prestado su control o la manera de entender los juegos en 3D.

El mejor juego en mi opinión es el Ocarina of Time porque llegó a unas cotas de perfección que a día de hoy es difícil de superar y sigue siendo un referente en lo que a juegos en 3 dimensiones se refiere, aunque el que más me impactó fue el Wind Waker por la expresividad que conseguían transmitir los personajes y en especial Link. Nunca se me olvidará el inicio del juego cuando lo felicitan por su cumpleaños y efectivamente ese día era mi cumpleaños, no os podéis imaginar la ilusión que me hizo.

Tantos momentos que hacen que cada nueva entrega de la saga sea el momento más esperado de la generación y sólo puedo esperar que nos siga emocionando al menos 30 años más.

 

Mundos de fantasía - Javier Aranda (Bier_hylian)

The Legend of Zelda es una de las sagas que marca a cualquier jugador cuando ha tenido el placer de probarla. Es un universo con el poder de convertir a un jugador en un nintendero. El destino ha querido que Link y yo cumplamos años el mismo día, pero eso es algo que descubrí mucho tiempo después de que mi viaje con esta aventura comenzara. Tuve la posibilidad de probar el Link’s Awakening  de mi primo, y me enganchó de tal manera que me llevó a cambiarle durante unas semanas mi Super Nintendo por su GameBoy Pocket. Cuando iba a comprarme la Nintendo 64, tenía claro que su Zelda iba a ser el título con el que iba a estrenarla  (más aun después de ver aquel famoso vídeo de la Hobby Consolas). 

Esta franquicia es una de las más hermosas, con unos mundos bellos llenos de variopintos personajes. Todo lo positivo que me enganchó, desde la vista cenital en GB (con su cameo de Chomp Cadenas incluido), se vio superado por la majestuosidad tridimensional de Ocarina of Time. Sus melodías, objetos, razas, mazmorras, skulltulas coleccionables y otros desafíos se quedaron para siempre en mi corazón. Desde ese momento, he comprado todos los Zelda a ciegas, incluso si la crítica los castigaba o si eran un minijuego de disparar con ballesta. Majora’s Mask y Oracle of Ages/Seasons, mis siguientes compras, me dieron la razón. Un mundo extraño con el cuaderno de los Bomber y las máscaras como estandarte y, por otra parte, el mejor juego de toda la serie: Oracle en su conjunto. Cual Pokémon con diferentes ediciones, Zelda ofreció dos juegos que por sí solos eran tan grandes como el anterior de GameBoy pero con mundos cambiantes en función del tiempo o las estaciones y que además juntos formaban un lote digno de admirar.

Zelda consigue siempre transmitir algo. Tiene una ensencia especial que permite que cada juego consiga expresar una sensación global y miles de pequeñas ideas; y todo ello con un protagonista que no suelta ni una palabra por su boca. Podrá haber títulos de la saga mejores y otros peores, pero de lo que no cabe duda es que cada vez que alguien pone un The Legend of Zelda en su consola, va a tener delante una gran aventura calificable de leyenda.