20 años de Star Fox
Un recorrido a los mandos de un Arwing.
Hoy Star Fox cumple 20 años. Parece mentira que fuera hace tanto tiempo que Nintendo sacara pecho con un juego completamente poligonal, con unos gráficos que en su momento nos parecieron alucinantes, para Super Nintendo. Nacía así una de las sagas más experimentales y curiosas dentro de todo el catálogo de Nintendo, ya que se trataba de un shooter, un juego de marcianitos. Y no sólo eso: era un gran juego.
Con cierto regusto a Star Wars, Star Fox tenía de protagonistas a un puñado de animales antropomórficos encabezados por Fox, un zorro, comandante del escuadrón. Este escuadrón estaba formado por cuatro de los mejores pilotos del mundo, a los mandos de las fabulosas naves Arwing. Su objetivo: combatir al peligroso Andross en sus intentos por conquistar el cosmos conocido.
A lo largo de los años, han sido varios los juegos que han formado parte de la familia Star Fox, aunque no todos han disfrutado de la misma consideración. Sin embargo, no se puede decir que no estemos ante una saga dinámica, que no tiene miedo a reinventarse a sí misma ni a probar estilos nuevos.
Starwing
Corría el año 1993 y el soporte utilizado para las consolas eran los cartuchos de memoria. Estos circuitos integrados tenían una característica respecto a los CD, y era que podían incluir pequeños elementos de hardware que colaboraban con el hardware para crear experiencias superiores de juego. Starwing (se llamó así en occidente por problemas de licencias) fue el primer juego en incluir el famoso chip Super FX, un añadido a los juegos que permitía hacer virguerías con los polígonos.
De hecho, Starwing es uno de los primeros juegos desarrollados enteramente por polígonos. Las naves espaciales eran apenas cuatro triángulos, los escenarios, a pesar de ser coloristas, eran muy toscos, y ahora no podemos sino encontrarles un gran encanto retro, pero en su momento fue indudablemente revolucionario. Pero a pesar que lo que más llamó la atención fueron sus gráficos innovadores, lo cierto es que Starwing destacó en dos cosas: jugabilidad y música.
Un manejo intuitivo de la nave, mucha vistosidad en los niveles, los cambios de velocidad en la nave y la posibilidad de hacer trompos o de ladearnos para pasar por aberturas estrechas ya estaban presentes en Starwing, siendo un juego tremendamente dinámico. La música no se quedaba atrás, muy rítmica, con voces sampleadas y con piezas que permanecen todavía hoy en día en todos los recopilatorios nintenderos.