Wild Earth: African Safari
Una sugerente invitación que sin embargo pronto se convierte en dolores de cabeza.
Wild Earth: African Safari - Análisis
En cuanto a gráficos, pues por las capturas ya podéis ver que es bastante pobre, siendo benévolos. Los entornos son razonablemente amplios, pero la parquedad en efectos hace que pierdan vitalidad a pesar de la relativamente elevada densidad de animales, y existe una ilusión de libertad para ir donde queramos, aunque la ruta a seguir es completamente lineal (en realidad se agradece no tener que ir dando tumbos). Es terrible encontrarse con el agua, ver como en realidad es una textura puesta sobre el modelado del terreno, y que no es ni plana, ni transparente. Si discurre encajada entre rocas o terraplenes monta por encima de ellos como si se tratase de una alfombra colocada en un pasillo estrecho. Es sangrante ver como todo lo que se sumerge en ella desaparece, como las ranas o peces o aún las rocas de la orilla, que con su parte sumergida desaparecida, parecen flotar. Esto además propicia que nunca sepas muy bien que vados son transitables y cuales no, y lo mismo se aplica a las superficies inclinadas ante las paredes de piedra, nunca estarás seguro de si por determinado terraplén podrás bajar o tan siquiera pisar.
Y no hablemos de los efectos de partículas para las salpicaduras o el polvo. Los animales tampoco acaban de acoplarse en el terreno, y es habitual ver a un guepardo encaramado en una roca cuyas patas no contactan. Además, los animales caminan por la normal del plano donde se encuentran y es triste verlos pasar por zonas donde el suelo no es perfectamente horizontal.Los animales y otros objetivos fotografiables están mucho mejor modelados que el fondo, así que si ves un árbol que contrasta por su detalle (y con detalle me refiero a estar formado por más de tres planos de polígonos) con el fondo, ya puedes deducir que tarde o temprano tendrás que tomarle una foto. Lo malo es que si le sacas una fotografía antes de que te la pidan no va a contar y la tendrás que sacar otra vez más tarde. Otra cosa que denota lo poco que han pensado en Wii es la imposibilidad de rotar el cuadro para sacar las fotos con algo de inclinación, aunque con vistas al objetivo del juego poco importa, porque no hay ni siquiera un sistema de puntuación para las fotografías. Si te piden sacar una manada de cebras y tu sacas la foto de la loma que está a su lado, pillando en el enfoque a medio animal, ya te la dan por buena, dejando a la voluntad del jugador el currarse las capturas. Y eso definitivamente no es un buen incentivo en un juego aburrido en casi todo su desarrollo.
Las animaciones de las criaturas también tienen altibajos. En general sirven para reconocer al animal en cuestión, el elefante mueve la cabeza para agitar las orejas, los jabalíes se revuelcan y la jirafa abre las patas como pueden para agacharse a beber, pero en marcha, trote o carrera los herbívoros se mueven igual, y los carnívoros lo mismo. Las situaciones más dinámicas como una cacería o el cortejo son bastante tristes, sin pizca de realismo o física que añadiese un poco de inercia, y los animales se derrumban de forma muy artificial, como si fueran muñecos rígidos. Y a la hora de darse un festín, mejor apartar la vista porque ni los depredadores muerden, ni se manchan, ni los cadáveres muestran heridas.
El sonido tampoco es ninguna maravilla. El que escribe no ha estado nunca en la sabana, pero se hace sospechoso oír el canto de múltiples pájaros y no ver ni árboles, haciendo pensar que a lo mejor han cogido efectos de la selva para ambientar. Las composiciones musicales por su parte son vulgares y tópicas. Los comentaristas además, a veces se desconectan de lo que el jugador está viendo y seguirán explicándote cosas aunque no sepas de qué hablan.