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Wild Earth: African Safari

Una sugerente invitación que  sin embargo pronto se convierte en dolores de cabeza.

Wild Earth: African Safari - Análisis

Este Wild Earth: African Safari es un juego de simulación, porteado de PC, que nos propone una serie de excursiones por el Serengueti. Vayamos por partes. En el juego, que es en primera persona, se nos pide completar una serie de misiones en las que sacar fotos. Los controles son sencillos y funcionan bien. Con el joystick del Nunchaku nos desplazamos y con el puntero apuntamos y giramos la vista. Luego con los botones '+' y '–' (o con 'Z' y 'C') podemos hacer zoom para enfocar adecuadamente.  Además, en un par de misiones estaremos en un helicóptero o   conduciremos un jeep, con lo que los controles varían un poco, pero nada que merezca la pena comentar.

Al explorar este mundo habremos de tener cuidado de no perturbar la vida de sus salvajes habitantes, que veremos indicada por una barra que en la práctica funciona como la típica barra de vida: al molestar, irá bajando según la magnitud de nuestro “despiste”, y si se reduce del todo, nos tocará volver a empezar la misión. En realidad, esta idea conservacionista se pierde un poco con nuestra invulnerabilidad, una puerta para conseguir capturas interesantes (la mejor manera de ver un rinoceronte embistiendo es hacer que te ataque). También existe una brújula que solo aparece cuando nos encontramos lejos del siguiente objetivo, así que es posible que más de una vez nos sintamos perdidos, cosa que una brújula permanente o un mapa podrían haber solucionado. Al menos los comentaristas te dan alguna pista de cuando en cuando.

Para superar la fase, nos tocará hacer un número mínimo de fotografías, diferentes  cada vez, de diversa índole; a veces se tratará de conseguir a un animal en concreto, o un accidente del terreno, otras se tratará de una situación especial, como una cría mamando de su madre o la persecución en una cacería. La mayoría de las veces nos dará tiempo de sobra para sacar la foto que queremos, y si no nos sale bien, podremos suplirla con otra diferente, siempre hay más fotos posibles que el mínimo que nos piden. El juego es muy tranquilo y jugable, en principio, y por eso muy cómodo para los jugadores menos habituados a la perspectiva en primera persona.

Con todo el juego se vuelve una especie de ¿Donde está Wally? estaremos todo el tiempo subiendo y bajando el zoom. Y esto es problemático, porque la bajada de framerate se vuelve muy habitual en cuanto hay varios objetos en pantalla, haciéndose desagradable el desplazarse, girar la vista o usar el zoom. Por si fuera poco, el motor del juego no generará los animales que buscas hasta que no estés lo suficientemente cerca (es horrible el pop-up de texturas, los ñus de lejos parecen burros, y según te acercas les sale el pelo y los cuernos), con lo que tendrás que estar moviendote y usando el zoom sin descanso. Eso, unido a la constante bajada de framerate, hará que enseguida notes como tus ojos lo pagan.