The Legend of Zelda: The Wind Waker HD
¡A todo trapo! Llega un nuevo y viejo Zelda.
The Legend of Zelda: The Wind Waker HD - Análisis
The Legend of Zelda: The Wind Waker HD es volver a un clásico de Nintendo, uno de los grandes desconocidos de la época de GameCube. Desconocido para el gran público, ya que los nintenderos de toda la vida conocen el juego muy bien, no sólo por formar parte de la saga de Zelda, sino por ser uno de los más claros ejemplos de correrriesgos y no tener miedo al cambio.
Con el paso de los años, el efecto de un Link de dibujos animados, cabezón y más simpático, se ha ido diluyendo, pero hay que reconocer que en su momento causó tanta sangre como cuando se desveló el verdadero nombre de Wii. Sin embargo, no por ello su principal atractivo, su dirección artística, ha perdido encanto. De hecho, ver cómo ha quedado esta remasterización en HD no es sino la demostración de que el título original era tan genial que no hacía falta meter demasiados cambios.
Pero ante todo hay que aclarar que The Wind Waker HD está concebido tanto para aquellos que lo quieran revisitar y no dejarse los ojos en una televisión HD como para aquellos que no lo cataron en su día y no paran de oír hablar de él como una de las joyas más importantes de una consola denostada.
Un Hyrule que no lo es
Con el cambio visual, llega un cambio de mundo. Estamos acostumbrados a que Hyrule sea un mundo en tierra firme, con sus valles y sus montañas, sus ríos y sus desiertos, sus llanuras y sus ciudades. Por razones que no destriparemos aquí, Hyrule ha desaparecido y sólo queda un enorme océano salpicado de decenas de pequeñas islas.
Algunas, como Initia, el lugar donde comienza la aventura de Link, son grandes, capaces de albergar un pueblo entero con sus habitantes. Otras únicamente son islotes con algún secreto oculto. Finalmente, hay islas que tendremos que visitar para hacer algo más específico y otras que se limitan a ser agrupaciones de rocas.
Para movernos entre islas no podremos recurrir a un caballo, por supuesto, ni a un pelícaro rojo. Rojo, no obstante, es el color y el nombre del barco que nos acompañará a lo largo de la aventura y que además hace las veces del compañero habitual de los Zelda desde Ocarina of Time. Mascarón Rojo es una pieza fundamental del juego, no por el papel que tendrá en la historia (un giro muy interesante de los acontecimientos) sino porque es nuestro único medio de transporte.
Se ha hablado mucho sobre que si el juego original era un poco pesado en este apartado y que para arreglarlo se ha incluido un objeto que acelera el movimiento de Mascarón Rojo. Sin embargo, es de recibo explicar que no se trata de un objeto que se encuentre de forma natural en la aventura, sino que se un artilugio secundario que habrá que buscar y rebuscar para encontrarlo. De hecho, en la partida de Revogamers dicho objeto no se encontró hasta después de habernos terminado el juego y cuando empezamos a recorrer las islas completando misiones secundarias. Por lo tanto, aquellos que disfrutaban con el ritmo original de juego podrán seguir haciéndolo, mientras que los impacientes siempre podrán hacerse con la Vela Rápida y recorrer los mares de forma veloz y cortante.