The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3D
La leyenda alcanza una nueva dimensión.
The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3D - Análisis
Las mejoras jugables
El remake no sólo ha servido para hacer una mejora visual, sino que se ha aprovechado y se han introducido algunos cambios más o menos significativos. En primer lugar, y que afecta directamente al control, se hace un uso inteligente de la pantalla táctil y de los acelerómetros.
Todo el inventario y los mapas han sido llevados a la pantalla inferior, dejando la de arriba únicamente para el desarrollo de la aventura. Ahora tenemos siempre la ocarina a mano y podemos programar cuatro botones para los diferentes objetos (ganamos así dos espacios respecto al original): dos en la táctil, el X y el Y. Un gesto muy inteligente y que se agradece mucho es el que han puesto las botas en el inventario de objetos, y no en el de equipo, teniéndolas disponibles a un simple toque y no entrando en los inventarios del equipo cada vez. En los templos en los que es necesario cambiar mucho de botas, se nota muchísimo, haciendo mucho más fluida la acción.
La fluidez es otro aspecto que se ha visto mejorado. Los combates son ahora mucho más dinámicos (y más fáciles). Hay cierta batalla en el Templo del Agua que estaba un peldaño más arriba en cuanto dificultad que el resto del juego. Pues bien, dicho peldaño ha desaparecido y, aunque sigue siendo el combate más complicado del cartucho, ya no es tan difícil como antes. Por el contrario, hay algunas peleas contra los enemigos finales que sí se han vuelto ligeramente más complicadas; bien sea por el número de golpes que ahora es necesario dar para que caigan derrotados, bien porque el lapso de tiempo en el que son vulnerables ahora es más reducido.
Quizá sea por eso que resulta muy conveniente usar el nuevo sistema de apuntado, con los acelerómetros, en vez de con el slide, que resulta extraordinariamente lento. Bien sea cuando escogemos la vista en primera persona o escogemos un arma para la que es necesario apuntar (arco, bumerang, gancho…) podemos mover la consola en la dirección que queramos ver. Es rápido, es fiable y tremendamente preciso, tanto, que si intentamos apuntar en un medio de transporte y cogemos algún bache resulta complicado hacer diana.
También se ha mejorado el menú desde el cual tocamos la ocarina. En cualquier momento podemos acceder a las partituras y tocar las canciones con ellas delante, lo que, a título personal, ha sido de tremenda ayuda ya que tenía tan interiorizadas las secuencias de botones de la N64 que me hacía un lío.