Silent Hill: Shattered Memories
Ese sueño que un día se repite de una forma distinta para contarte más cosas de ti.
Silent Hill: Shattered Memories - Análisis
Las modificaciones del mundo actúan sobre cada capítulo desde su comienzo. Mas sólo pasará en la parte de exploración, en la que la realidad, pese a lúgubre y sospechosa, aún no ha sido engullida por el infierno de hielo.
En esas secuencias, el entorno que Harry acaba de investigar a fondo se retuerce y sólo deja vagas referencias para que se oriente. Las huidas de esos temores amorfos a los que no puedes disparar serán odiadas y amadas, porque son desesperantes y pensadas para fastidiar, pero muchas veces ponen al límite la habilidad y concentración de una forma realmente emocionante. Aquí caben enfados, varios fracasos con su correspondiente nuevo intento o concienzudas tácticas de escape del laberinto del horror. No dejarán igual a nadie.
La razón
Al fondo de la memoria se van acumulando pistas argumentales. A cada paso, durante cada capítulo, el jugador se topa con referencias a la verdad, piezas de un puzle imposible de resolver sobre la marcha. Nada es ‘paja', y de ahí la grandeza de la forma de contar de Shattered Memories: sabes que todo se refiere a algo, intentas ordenarlo o interpretarlo, pero no es hasta casi el final cuando comienza a encajar, multiplicando la impresión. Como una película de una trama abierta pero sugerente, que premia a los más avispados con un tramo final digno de Max Payne y un cierre arrebatador. Una escalofriante guinda que completa una narración inédita, colocando al título entre los mejores de su serie y de su género, e invitando al jugador a empezar la pesadilla de nuevo.
Pregúntate qué significa cada elemento, a cada paso.
Porque acabar la aventura de Harry Mason en la primera vuelta puede llevar algo más de ocho horas, una duración similar a otros exponentes del género. Pero pocos habrá que acaben este Silent Hill y no deseen repasarlo con una nueva atención. Sea para descubrir esa cantidad de gestos que ahora cobran sentido, para forzar nuevas variaciones del entorno con respuestas diferentes o para presenciar uno de los distintos finales. Además, tanta psique y tantas señales revelan a Shattered Memories como un estupendo título para jugar con la pareja o el amigo, con las luces bien bajas y el sonido bien alto, compartiendo sustos e ideas.
Con el precio reducido que llega esta semana a las tiendas se olvida rápido el retraso que ha sufrido este juego. Lo que podía haber dado de más es mencionable por la soberbia implementación de ciertas ideas, que deja en el aire si habrían mantenido el nivel de incluirse en masa.
Igual pasa con aspectos de producción como el doblaje, enorme en inglés y ausente en castellano (algo también habitual en el género). Aún sin voces en español, sería injusto olvidar que el sonoro sigue siendo el apartado insignia de la serie, también ahora. Temas instrumentales de ambiente o narración, cantados aportados por otros artistas, sonidos de toda índole provenientes del más allá y una calidad en el altavoz del mando realmente conseguida. Junto a la citada colección infinita de texturas (a notable resolución para ver de cerca) y otros puntos técnicos como las sombras dinámicas, las animaciones o algunas escenas bajo guión, este título no es la obra maestra que revienta la consola, pero sí una colección de lecciones con mucha intención.
A Konami no tenía que cogerle por sorpresa la excelente respuesta de Climax, que ahora merece seguir una serie propia en Wii. No lo dudes tú, confía en Shattered Memories y ve a por él con conocimiento de causa. Siempre ocupará un lugar especial en tu estantería como historia y juego únicos.