Rayman Origins

Rayman Origins - Análisis

Después de muchos años sin estrenos y con la incertidumbre sobre el futuro de Beyond Good & Evil 2, Michel Ancel ha vuelto este 2011 con un plataformas en dos dimensiones tradicional y multijugador llamado a estar entre los grandes del año, Rayman Origins. Entre los grandes de calidad y también de cantidad, porque lo que comenzó como un desarrollo destinado a las tiendas online ha acabado siendo un juego completo en formato físico y multiplataforma. Habrá versión para Nintendo 3DS en 2012, y ya está a la venta para Wii.

Es exactamente el mismo juego que en las otras consolas de sobremesa, pero con la única diferencia de que los gráficos no son en HD y, por supuesto, de su precio. Son los dos factores que tendrás que valorar a la hora de decidir qué versión vas a comprar. Nosotros te vamos a hablar de la de Wii, pero casi todo es idéntico en las otras.

Un mundo rico y precioso

Sea con o sin HD, Rayman Origins entra por los ojos. Todo el juego está desarrollado sobre un nuevo motor que ha permitido al equipo de Ubi animar los dibujos para convertirlos en una experiencia jugable. Cada pantalla parece un capítulo de dibujos animados clásicos en el que debes participar y que puedes mover al ritmo que desees.

Los escenarios son sublimes, fáciles de disfrutar con tan solo detenerse unos segundos a contemplar qué es lo que está ocurriendo. La escena principal está siempre repleta de acción y movimiento. Por allí están Rayman y el resto de personajes que le acompañen en la partida (hasta 4 jugadores) combatiendo contra unas criaturas tan malvadas que son un auténtico chiste. Antes, una primera capa de vegetación, de roca o de construcciones que tapa a la cámara lo que no desea que veas cuando avanzas sirve de excusa para que contemples de cerca el dedicado trabajo de dibujo. Detrás de la pelea, la tercera capa, de acompañamiento, recarga la escena con elementos que confunden a la vista porque perfectamente podrían ser parte de la partida y plataformas sobre las que quisieras subirte. Mientras que en el fondo, un lienzo que parece un artwork de desarrollo sostiene el peso de una pantalla en la que no cabe un ápice más de vida.

Recorta y pega esta descripción en los 12 entornos distintos de Rayman Origins, y multiplícalo hasta completar las cerca de 70 pantallas que hay. Desde luego que los recursos y personajes son los de siempre, como la selva, el hielo, el fuego o la ciudad, pero el equipo de Ancel los ha reinventando con su toque de originalidad que solo puede conseguirse en el Claro de los sueños, el mundo que Rayman acaba de alterar en un juego que da pie a la batalla del viejo videojuego Rayman de la década de los 90. Todos los animales están humanizados, pero con un aspecto deforme que te recuerda en cada momento que el sueño está a punto de convertirse en una pesadilla.

Para rematar esta obra de arte visual, están los personajes. Sobre ellos cae la responsabilidad de convertir Rayman Origins en un videojuego de humor. Y lo consiguen Rayman y Globox reencarnando a Bud Spencer y Terence Hill en unas peleas hilarantes repletas de ‘golpetazos y tortazos’ de esos que parece que duelen mucho porque suenan hasta el infinito. Sus animaciones tienen un altísimo grado de detalle en gesticulación y movimientos, respetando esa forma patosa de moverse, casi a cámara lenta, que siempre ha caracterizados a Rayman y a sus videojuegos.