Project Zero 2 Wii Edition
Terror japonés en estado puro
Project Zero 2 Wii Edition - Análisis
No hay giros bruscos ni movimientos de cámara relampagueantes, sino que en todo momento se produce un conflicto vibrante entre el “¡pero te quieres mover más rápido”! del jugador y el “estate calladito y déjame hacer a mi” del juego. El resultado es que no tiene altibajos de jugabilidad, momentos más rápidos y más lentos, que nos permiten anticipar cuándo van a ocurrir las cosas, sino que se presenta en una constante tensión en la que nunca vas a saber dónde está el siguiente peligro, la siguiente amenaza o un rostro fantasmal detrás de una puerta.
La nueva perspectiva del título ha obligado a cambiar muchas cosas del mapa original y cambiado la forma en la que se nos presentan los elementos en la pantalla. Además, se han ajustado los elementos de combate cuando cojamos la Cámara Oscura, el nexo de unión de todos los Project Zero, una misteriosa cámara de fotos antigua con la que podremos ver y eliminar a los fantasmas que se pongan en nuestro camino.
Técnicamente el juego se ha beneficiado de un lavado de cara importante. Salvo alguna pequeña textura cuando nos acercamos mucho, se ha hecho un trabajo magnífico de modelado y ambientación. En especial resaltar la iluminación, soberbia.
En el apartado sonoro lo que más llama la atención son las psicofonías de la radio, que las reproduce el altavoz del wiimote, que como no es muy bueno y distorsiona mucho, pues quedan que ni pintadas.
La Cámara Oscura
Será nuestra herramienta más importante. Aquella con la que nos abriremos paso en nuestra odisea y desvelaremos pistas que permanecen ocultas en el mundo de los espíritus.
Para librarnos de la amenaza de los espíritus bastará con sacar la cámara y enfocar al espectro para hacerle una foto. El daño que le hagamos dependerá del encuadre, tiempo que le hemos mantenido fijo, del tipo de película que usemos o de la lente. Hay golpes críticos, puntos especiales por fotografiar a más de un espectro a la vez… Es un sistema de combate simple, en tiempo real, pero pausado, y que en cuanto aparece más de un espectro ya produce agobio. Desaparecen, nos atacan desde varios flancos… No hay muchos combates, pero estos resultan intensos y apasionantes.