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Okami

Una de las mayores obras de arte de la generación anterior, ahora en Wii.

Okami - Análisis


Okami en Wii

Creado por el vanguardista estudio Clover, responsable de la saga Viewtiful Joe y actualmente disuelto y convertido en Platinum Games, Okami salió originalmente para PS2 hace unos dos años; ya desde entonces su estética y la originalidad de su planteamiento hicieron que cosechara excelentes críticas. A pesar de que aquí llegara en inglés.

Y en este port no se ha solucionado el problema: el juego, el manual y la caja (excepto el obligatorio folleto de seguridad) vienen en la lengua de Shakespeare. A pesar de los múltiples intentos de los fans por conseguir una localización en condiciones, ni una sola línea de texto está traducida. Además, por la naturaleza del juego, es imprescindible tener cierto conocimiento del idioma. Pero será mejor dejar las quejas al respecto para después y comenzar a hablar de Okami.


Basado en leyendas tradicionales japonesas, el juego nos pone bajo la piel de Amaterasu, diosa del Sol encarnada como un lobo. Y lo hace de una manera única e impactante: con gráficos cel-shading que recrean acuarelas propias del arte antiguo japonés. A este estilo gráfico también le acompaña un trabajado diseño artístico, tanto en los personajes como en los escenarios y en las fantasiosas animaciones repletas de kanjis. El resultado es un mundo enormemente colorista y único, con una estética inconfundible (similar a lo que hizo en su momento Zelda: The Wind Waker). Correr por las amplias y hermosas llanuras con flores y plantas dejando una estela tras tus divinos pasos no tiene nada que envidiar a navegar con aquel pequeño barco de vela por el vasto mar.

No obstante, la historia resulta bastante más tópica. Librar al mundo de una maldición y derrotar a un monstruo que es malvado porque sí mientras el protagonista se fortalece no es, desde luego, una novedad en el mundo de los videojuegos. Pero al estar sostenido por un trasfondo mitológico no es algo que reprochar. Al fin y al cabo, los mitos no suelen tener mucha más complicación argumental.

Además, los encantadores personajes y el toque de humor omnipresente aportan bastante más interés a la trama. Como los lobos no hablan con los humanos a pesar de ser tan fantasioso el juego, a Amaterasu le acompañará un pequeño ser indefinible llamado Issun, que hará de interlocutor. Y será su carácter mujeriego y descarado lo que mantendrá ese humor durante todo el juego (además de algunos pequeños gags irreverentes incluso con divinidades).

 En lo que respecta al apartado jugable, Okami rebosa originalidad. La manera más fácil de definirlo sería decir que es un juego estilo Zelda, pero eso no hace honor a esta aventura: Okami coge todos los elementos propios de esta clase de juegos y los remodela hasta límites insospechados, pero en su mayoría geniales. Prácticamente desde el inicio se puede manejar el objeto más característico de este juego: el Pincel Celestial. Pulsando el botón B se detendrá la acción y la escena pasará a ser un papel sobre el que pintar con el pincel ya mentado, dirigido mediante el puntero. Tras realizar el dibujo necesario (que se suele limitar a unos pocos trazos precisos, o formas sencillas como un círculo o una espiral), soltando el B el juego volverá a su curso normal y, si se ha dibujado correctamente, ocurrirá el efecto deseado: es la manifestación de los poderes divinos de Amaterasu. Y no, el uso del Pincel no se reduce a algunos puzzles aislados, sino que su utilización es constante, aunque no todos sus 13 efectos se empleen con la misma frecuencia.