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New Super Mario Bros. Wii

The Cake is a lie.

New Super Mario Bros. Wii - Análisis

 

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Hace ya 3 años que Wii llegó a las casas de sus primeros compradores, fue un momento especial para todos aquellos que habían estado esperando desde su anuncio en el 2004, bajo el nombre de Revolution, esa "revolución" que inspiraba su nombre y que a no pocos se les antojaba necesaria. Eran tiempos en los que parecía que el modelo de negocio que seguía la industria del videojuego era el de las grandes producciones con un buen nombre detrás y, por qué no, un presupuesto todavía mayor. La generación que dominó PS2 presenció cómo los videojuegos se acercaban al cine, con sus grandes productoras manejando cifras millonarias para sus principales sagas. Con la llegada de Revolution se esperaba un nuevo camino a seguir, más enfocado a la innovación y la jugabilidad... Cuando aterrizó en las tiendas esa "revolución" pasó a convertirse en la atracción a un nuevo público muy numeroso, llegaron los tiempos de Wii, y el debate cambió a la ahora incesante lucha entre "hardcore vs casual".


¿Dónde acabó esa revolución? ¿Y qué pinta semejante párrafo de historia reciente en un análisis del nuevo juego de Mario? La relación parece difícil; pero esa "revolución" de la que tanto hablamos está ahí. New Super Mario Bros Wii ha llegado a nuestras estanterías como lo que las eternas discusiones foreras no han sabido captar: una "revolución". Parece paradójico tratándose de un juego con una mecánica que ha evolucionado poco desde los 80; pero entre tanta tendencia Hollywoodiense en la industria parece que Chaplin ha vuelto a la vida para traernos de nuevo sus comedias clásicas, donde no importan los números de su producción, sino la diversión del espectador.

Ése es el espíritu de esta nueva entrega Mariana, romper con los postulados actuales del ocio electrónico trayendo de vuelta las viejas experiencias que tanto nos gustaron hace ya dos décadas. Volvemos a las sensaciones que nos transmitía jugar a un plataformas bidimensional de la vieja escuela en una sobremesa, como si en vez de Wii estuviésemos hablando de las NES y SNES.


Y es que la primera sensación que se lleva el jugador al poner el juego es ésa: volver a encontrarse ante el televisor con la única necesidad de correr y saltar, ver esos 3 slots, ese Mundo 1-1 con nuestras primeras víctimas: esos Goombas y Koopas tan ingenuos caminando por esas praderas con ladrillos suspendidos en el cielo, esperando a ser pisoteados. Oh, este New Super Mario Bros huele como ese juguete tan especial de nuestra infancia; nos trae tan buenos recuerdos que se nos hace irresistible volver a jugar con él. Y nos ponemos a ello.