Eledees
Coger y soltar. Konami nos ofrece la libertad absoluta para revolver escenarios en busca de estas criaturas. Veamos si tanto desorden sigue algunas lógica.
Eledees - Análisis
Como título innovador que se considera, Mugaitoke ha considerado incluir un completo tutorial que refleja a la perfección la conseguida curva de dificultad. En lugar de una enseñanza rápida al inicio, Eledees ofrece en cada momento la posibilidad de experimentar con los nuevos elementos y dificultades que serán incluidas en las pantallas subsiguientes. Finalmente, el tutorial será accesible en todo momento desde el menú de inicio.
El sistema de juego y el objetivo dan lugar a un estilo peculiar, misceláneo. La cámara se mantiene siempre en la primera persona (ajustable a 5 distancias) y lo único que demuestra nuestra existencia es el rayo de luz que despide el arma, y además, el límite de tiempo obliga a mantener siempre un ritmo frenético, con giros rápidos y ninguna pausa. Pero las misiones coquetean con la estrategia por la necesidad de explorar el terreno, de recorrer varias veces los escenarios y de memorizar los objetos, así como porque no hay enemigos de los que preocuparse.
No es en vano repetir que este juego de Konami es su control; teóricamente el mecanismo es muy sencillo. El Wiimote guía la pistola a través del puntero y del gatillo B o del botón A, indistintamente utilizables para activar el rayo, mientra que el joystick del Nunchaku se reserva el movimiento del personaje, junto con los botones C y Z para elevarse o agacharse. Algunos aparatos, además, se activan mediante movimientos de traslación o rotación, como los grifos o los interruptores. Pero Eledees aporta a Wii, y a los videojuegos en general, la tercera dimensión real, la profundidad. Abrir una puerta, introducir un pollo en el horno o abrir un cajón son acciones que requieren movimientos hacia adelante y hacia atrás, y que recrearán por primera vez (recordemos que es un juego de lanzamiento) la sensación de poder realizar el gesto en el espacio real, y no es un mundo plano como refleja el televisor. Este gesto no será necesario solo en estos momentos -como en otros juegos de salida de Wii-, sino en muchas ocasiones, porque realmente de nosotros dependerá dónde estén colocadas las cosas.
El principal problema es que la respuesta no es siempre la deseada. En primer lugar porque la fuerza que posea la pistola será inversamente proporcional a la fuerza que tengamos que hacer, impidiendo que cojamos la medida con facilidad. Y en segundo lugar, porque en ocasiones deja una sensación de falta de precisión que provocará que lancemos por los aires algo que tan solo queríamos mover unos centímetros. Aún así, el sistema de control de Eledees es tan innovador como el juego en sí.
Más desequilibrado queda el apartado gráfico. El aspecto visual del título de Konami es agradable gracias al estilo artístico elegido por Mukaitoge. El mundo fantasioso se ha vestido de colores pastel para endulzar la historia. Los elementos que lo componen, a su vez, también ayudan a incrementar ese sabor dulzón. Los Eledees en sí son un derroche de ternura expresado en sus distintas formas, colores y comportamientos. 20 distintos en total, cada especie refleja su poder energético con su vitalidad. En silencio, todos duermen cándidamente, con el alboroto se alteran y buscan un nuevo escondite. Los escenarios, que pueden dividirse entre interiores y exteriores, no destacan por su gran tamaño. Sin intención de reflejar un realismo absoluto, los primeros estarán cargados de objetos y mobiliario de diverso tipo; los segundos, aunque transmitan más sensación de vacío por su amplitud, contendrán también numerosos elementos. Desde el cuarto de Kai hasta un parque de atracciones, cientos de elementos distintos se acumularán esperando que la pistola capturadora encuentre para ellos una nueva ubicación.