Eledees
Coger y soltar. Konami nos ofrece la libertad absoluta para revolver escenarios en busca de estas criaturas. Veamos si tanto desorden sigue algunas lógica.
Eledees - Análisis
Konami es una de las compañías de software más exitosas del mundo y posee una gran cantidad de licencias capaces de vender una consola por sí solas. Su presencia es obligatoria en cualquier sistema y su implicación determinante en la balanza de hardware. Por eso hay que seguir de cerca sus primeros pasos en la nueva consola de Nintendo.
Pero no ha sido ni Catlevania, ni Metal Gear Solid, ni Dance Dance Revolution. Por el momento Konami en Wii es sinónimo de Shingo Mukaitoge, un creador con menos fama que Koji Igarashi o que Hideo Kojima, pero que se ha atrevido a echarse a las espaldas los dos primeros juegos para Wii: Dewy's Adeventure y Eledees, título que trataremos en esta sesión.
Eledees es una idea original destinada a explorar un nuevo mecanismo de control justo en el momento en el que Nintendo lo puso en el mercado. Un juego que (en Japón) fue lanzado el mismo día que Wii, por lo que su fase de desarrollo no tuvo que ser demasiado larga, y que ha estado marcado por ese objetivo de aprovechamiento total de los sensores de movimiento del Wiimote. La historia, el estilo de juego, los escenarios y los propios personajes parecen haber sido creados a partir de esta pieza de tecnología y sus posibilidades.
Eledees es una especie de shooter en primera persona no violento, cargado de tintes ecologistas, que narra una historia infantil. A través de los ojos de un niño nos invitará a restablecer el equilibrio energético en un mundo en el que la electricidad se obtiene de unas pequeñas y rechonchas criaturas, los Eledees. Por razones desconocidas, han comenzado a comportarse de una forma extraña, escondiéndose en cualquier lugar, y se ha cortado el suministro en la ciudad. Mientras los padres del protagonista investigan lo que ocurre, tendrás que ponerte en la piel del pequeño Kai e investigar por ti mismo, ayudado tan solo de la “pistola capturadora” de papá que permite atrapar a estos bichitos y extraer su poder.
El juego propone recuperar la energía durante 26 misiones hasta dar con la causa del
desequilibrio. Todas las pantallas comienzan sumidas en la oscuridad, en silencio, con un puñado de Eledees a la vista, dormidos, de fácil captura. A medida que van siendo atrapados, la energía que aportan se va acumulando, de modo que los aparatos eléctricos de menor voltaje se irán activando: las luces, la aspiradora, la cafetera, las farolas... hasta el horno o una grúa de obra. Sin embargo, no es tarea fácil alcanzar el número suficiente de potencia voltaica: los Eledees pueden estar escondidos en cualquier sitio (sí, ahí también) y será necesario remover todos los objetos, abrir puertas, armarios, quitar tapas, etcétera para hacerles salir de su escondite y poder progresar. La pistola capturadora permite mover los elementos del decorado y mayor será su fuerza cuanto mayor sea la electricidad acumulada.
Encontrarlos y sumar energía implicará algo más que revolver el mundo. Algunas misiones imponen restricciones de ruido máximo; en otras habrá que tener cuidado de no romper los objetos de cristal. Y siempre habrá que estar pendiente de no superar el tiempo máximo. No es necesario recoger a todos los Eledees para superar una misión, pero la rapidez y la cantidad serán las claves para desbloquear los nuevos modos de juego. Además, existen diversos items que facilitarán revolver el objetivo y que se harán imprescindibles para obtener un buen resultado.