Animal Crossing: New Leaf
Se el Alcalde de un pueblo a tu medida.
Animal Crossing: New Leaf - Análisis
Nos vamos de vacaciones
Otro de los motivos que hacen que el pueblo no se haga pequeño es la posibilidad de viajar a la isla siempre que queramos. El Capitán nos llevará en su bote por un módico precio mientras nos deleita con sus canciones. Y mucha atención a éstas, su letra hará que soltemos más de una carcajada.
La isla cuenta con un montón de actividades. Podemos pescar, cazar insectos y recoger frutas exóticas, nadar, bucear… Si vamos a la isla internacional se pueden conocer jugadores de todas las partes del mundo. Además, tenemos diversos tours en los que encontramos minijuegos, que se pueden jugar solos o acompañados, a fin de conseguir monedas especiales para gastar en la tienda de la isla por objetos raros.
Jugar acompañado
Las opciones multijugador son muy diversas. Además de poder llevar a nuestros amigos a visitar nuestro pueblo o nuestra isla y participar en los minijuegos, podemos ir a la isla internacional gracias a internet y jugar con desconocidos. Con el código de la Casa del Sueño se puede visitar el pueblo de cualquiera que te encuentres en la isla internacional y ellos pueden visitar el tuyo, pero no podrán modificar ni tocar nada.
Pese a que todas estas opciones son muy atractivas, existen una serie de puntos negativos que hacen que esta experiencia se vuelva un tanto odiosa. La conexión local presenta muchos fallos que producen la desconexión entre consolas, perdiendo todo lo que se había hecho en el pueblo visitado, ya que no se puede guardar cuando estás de visita. También pierdes todos tus avances si estando conectado a internet esta falla, por lo que en ciertas ocasiones las visitas largas no compensan. Otro punto negativo son los tiempos de carga, pues cada vez que alguien viene o se va de un pueblo la partida se corta y tienes que esperar a que el otro jugador llegue y ver una animación de su llegada o salida.
Un juego que nunca se acaba
Animal Crossing: New Leaf es un juego que nunca termina. Puedes tirarte horas jugando y aún tendrás cosas por hacer. Cada día hay algo nuevo, mil cosas por descubrir. No es un juego lineal, aquí el jugador marca su ritmo y toma todas las decisiones. Es divertido hasta visualmente, con unos gráficos coloristas y llenos de toques inocentes. Lo único que empaña a esta gran producción es un online algo pesado y que presenta ciertos fallos, sobre todo en su variante Spot Pass.
Análisis por María Jesús Deza.