Bajo la Sombra de RARE

La sombra de RARE es alargada. Una parte es nostalgia, esa que hace que todos los juegos que disfrutamos en nuestra juventud sean percibidos como mejores. Cualquier tiempo pasado fue mejor y los videojuegos no quedan fuera de este aforismo. Sin embargo, es innegable reconocer el mérito a esa compañía que durante tantos años fue capaz de crear tantos juegos y tan buenos, desde los Donkey Kong Country pasando por Goldeneye, Perfect Dark, Banjo Kazooie y Jet Force Gemini.

Pero pasó lo que pasó y RARE ahora mismo es un versión muy menguada de la que brillaba con luz propia en los 90, completamente disminuida desde que fue comprada por Microsoft y con su talento disperso a los cuatro vientos. Me podría aventurar a decir que Retro Studios es la heredera de esa RARE y no estaría del todo equivocado. La analogía más clara es un estudio occidental en el que Nintendo ha confiado ciegamente algunas de sus franquicias más potentes, un hermanamiento por lo excepcional de que una empresa japonesa deje en manos de unos “gaijin” sus valores más sólidos.

A lo largo de estos años, lo cierto es que Retro Studios no ha podido nunca sacarse el sanbenito de ser comparada con RARE, y casi siempre ha salido perdiendo. La diferencia más clara es que RARE tuvo mucha más libertad a la hora de crear licencias, amén que en aquella época las cosas eran diferentes. No se puede comparar lo que se tardaba en hacer un juego hace veinte años a lo que se tarda en hacer ahora, por mucha tecnología de renderizado que hubiera en aquella época de por medio.

Retro Studios sólo ha podido trabajar en dos licencias (tres si contamos el apoyo a Mario Kart 7) y las dos ya existentes, no ha tenido la oportunidad de hacer ninguna licencia nueva. En esto es cierto que no puede competir con la prolífica obra de RARE, que creó de la nada cinco licencias, reinventó tres veces a Donkey Kong e hizo sus pinitos con StarFox.

Para mi, sólo con el trabajo de la saga Prime, Retro ya puede mirar cara a cara a esa RARE de los años 90 y aguantar la mirada sin pestañear. No hay líneas suficientes para describir el maravilloso trabajo de convertir el bidimensional mundo de Metroid en un juego poligonal, en primera persona, en un movimiento arriesgado y tan rebosante de talento que más parece fruto de una conjunción milagrosa que del trabajo duro. Como digo, no hay tiempo aquí para hablar de ello, pero la trilogía Prime es uno de los trabajos más inspirados de las últimas generaciones.

Donkey Kong Country Returns nos permitió comparar cara a cara el trabajo de ambas compañías. Perdido ya el factor sorpresa de ver al simio más famoso de los juegos en un plataformas lleno de secretos y muriendo más que mi alma de ringer yendo a ver "El Hobbit", lo cierto es que la vuelta de Donkey a las plataformas fue un juego brillante, aunque no obra maestra. La sombra de RARE volvió y cubrió a Retro.

No hablemos de la presentación de Tropical Freeze el año pasado, cuando todos esperábamos el nuevo juego de Retro y nos plantaron en la cara un Tropical Freeze que no tiene nada que ver con la experiencia que deberíais disfrutar todos en vuestra Wii U. Una nueva muesca en el haber de Nintendo a la hora de presentar un juego en condiciones, ya que lo que parecía una secuela continuista y algo sosaina, que Reggie ha maltratado gracias a su talento para cagar la cagada, ha resultado ser en un juego magistral, maravilloso e imprescindible.

Personalmente, me lo he pasado mejor jugando a Tropical Freeze que con cualquier juego que RARE hiciera en su dilatada carrera bajo las órdenes de Nintendo. Es la sublimación de los plataformas en 2D, del diseño de niveles, de la interacción de todos los elementos de un juego en base a lo que el jugador hace o deja de hacer. Es el desafío constante, la sensación de logro y el seguir jugando aunque te pesen los párpados, te ardan las retinas y tengas esguinces en los pulgares. 

Retro ya no estará bajo la sombra de RARE nunca más, porque acaba de superar todo aquello que hizo esta. Ahora sólo me queda ver qué es lo siguiente en lo que están trabajando y no dudar nunca más de su trabajo, ya que está demostrado que lo suyo es la reinvención, la superación y el dominio absoluto de todo cuanto se propongan.

Este artículo refleja la opinión personal del autor y Revogamers no tiene por qué compartirla.