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The Girl and the Robot

Una pequeña y prometedora obra.

The Girl and the Robot - Impresiones - Avances

Hay historias que no se miden por su factura técnica o el presupuesto que manejen. La compañía Flying Games Carpet, formada por antiguos empleados de Gameloft, prepara con The Girl and the Robot un mágico cuento de hadas para PC, PS4 y Wii U.

El arte de contar sin palabras

En la industria actual conviven dos formas de elaborar las obras igual de válidas y necesarias. Por un lado se encuentran aquellas que apuestan por una narrativa convencional, centradas en buscar una conexión con el jugador a través de la historia. Sin embargo, hay un segundo grupo de títulos que basan su interacción con el usuario en la jugabilidad. Es cierto que la confluencia de ambos aspectos siempre es necesaria, pero que la balanza se incline más hacia un lado u otro es lo que definirá en último término la experiencia que el desarrollador quiere hacer llegar a través de su obra.

The Girl and the Robot, sin lugar a dudas, pertenece a este segundo tipo de juegos. Hemos tenido la oportunidad de probar una versión preliminar antes de su lanzamiento en PC, PS4 y Wii U. Se trata tan solo un pequeño fragmento de lo que será el título final y, sin embargo, ya advertimos en él ciertos elementos que bien ejecutados pueden ser las claves de su éxito.

Los primeros minutos de la partida sirven para presentar los controles a través de un pequeño tutorial. Como en cualquier juego 3D, movemos al personaje y la cámara con los joysticks. En los primeros minutos de la fase a la que tuvimos acceso encontramos a la chica protagonista en una torre aislada, sin personas ni vida alrededor. Esto es importante, porque los entornos por los que nos desplazamos responden de forma clara a lo que se esperaría de un cuento de hadas con castillos y pequeños pueblos periféricos de ambiente mágico, pero en los que no habita ninguna criatura

El juego que podría haber firmado Fumito Ueda

El estilo Cell shading con el que se representan los elementos en pantalla confieren a The Girl and the Robot una estética muy definida y que disfraza con acierto cualquier tipo de fallo gráfico. Quizás por la temática o por el estilo de dibujo, el resultado se asemeja a películas como El gigante de hierro o a juegos como ICO. Y es quizás la obra de Fumito Ueda la mayor referencia tanto artística como en lo que respecta a experiencia de juego. Flying Carpet Games se inspira en el diseño sustractivo del diseñador japonés (eliminar todo aquello que no es necesario) para transmitir sensaciones sin necesidad de diálogos, solo mediante gestos y lo que sugiere el entorno.

La joven se encuentra en un mundo anacrónico y fantástico, sin vida pero plagado de elementos que cuentan una historia. En un punto cercano al inicio nos encontraremos con un robot con apariencia de caballero medieval dentro de una cárcel. Una vez liberado es cuando se cimenta la base jugable del título mediante mecánicas en las que utilizar tanto a la chica como al robot para superar puzles. Mientras que ella es capaz de saltar y moverse por zonas estrechas, el androide puede luchar y empujar objetos pesados. Aún no sabemos qué tipo de conexión une a ambos personajes más allá del extraño colgante de la niña que controla al robot, pero todo apunta a que será uno de los pilares del juego.

La falta de información textual o justificaciones argumentales otorga a la obra un lenguaje poético que se apoya en su apartado artístico. Desde el momento en el que salimos de la torre aparecen otros robots como el que nos acompaña, pero con intenciones muy diferentes. Si la chica se cruza con uno de estos enemigos se acaba la partida, por lo que alternar con el androide será esencial para superar los retos que se presentan.

Un cuento de hadas mágico y misterioso

En la versión probada de The Girl and the Robot sólo tuvimos acceso a dos niveles del juego final y los puzles pecaban de simples y repetitivos. Si bien es cierto que las impresiones se basan en este pequeño tramo, no hay momentos de auténtico riesgo o que supongan un reto para el jugador experimentado. Todo se resuelve accionando plataformas o engranajes que dan acceso a otras puertas.

Por otro lado, los entornos están poco detallados y la exploración que ofrecen es nula. Solo hay un camino marcado por el que avanzar, lo cual no supondría un problema en un juego de estas características si no fuera porque las estancias están vacías, parcas en contenido. Tanto en la torre como en la pequeña aldea por la que pasamos abundan los modelados clónicos, así como texturas genéricas que lastran el conjunto.

En cualquier caso conviene aclarar que no son fallos sustanciales. Su atmósfera misteriosa prevalece por encima de los pequeños errores y se ve reforzada por una banda sonora evocadora, de las que dejan huella en la memoria. Las melodías suenan en puntos muy concretos ayudando a construir un contexto muy rico. La información que aporta la música cuando aparece es tan valiosa como en los momentos en los que nuestra única compañía es el sonido de nuestras pisadas. Esto es importante, porque la ambientación de The Girl and the Robot no se entendería de la misma forma sin la gran dirección de sonido con la que cuenta.   

El mayor desafío al que se enfrenta The Girl and the Robot es el de conservar su aura mágica más allá de las dos horas que hemos probado sin caer en la monotonía. En esta carta de presentación, Flying Carpet Games demuestra que su dominio de la forma es excelente, pero aún queda comprobar si bajo su apartado artístico y puzles sencillos hay un fondo trascendente. Tienen la mitad del camino hecho y las bases, aunque haya que pulirlas, están asentadas, por lo que el resultado de cara a su lanzamiento en la sobremesa de Nintendo es más que prometedor.