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LEGO: El Hobbit

Vemos por primera vez LEGO: El Hobbit y os traemos nuestras impresiones sobre la adaptación de las películas de Warner basadas en el cuento de Tolkien.

LEGO: El Hobbit - Impresiones - Avances

LEGO: El Hobbit es un juego que uno no sabe si llega a tiempo o retrasado, si se precipita con una adaptación de dos películas de una trilogía en vez de esperar a que las tres películas hayan sido estrenadas, o que llega tarde a formar parte de una trilogía de juegos basados en otros tantos largometrajes. Ellos atribuyen este peculiar desfase a la cantidad de contenido y material disponibles procedentes de las películas. En cualquier caso, lo que tengo claro es que por primera vez he visto un juego basado en la franquicia LEGO y me ha dado mala espina.

Pese a no poder haber podido ver la versión de Wii U (PS4 está llamada a ser el centro de todos los desarrollos de esta generación) ya podemos adelantar que, a priori, es un juego que luce bien y que sigue, en parte, la estética de todas las LEGO-adaptaciones de películas. Sin embargo, hay peros en referencia a la dirección artística, ya que se ha optado porque el mundo sea demasiado realista. Los dos escenarios que pudimos ver, Bolsón Cerrado y las cavernas de los Trasgos, tenían unas texturas demasiado reales, con madera, roca y metal de verdad. Todos los elementos interactivos, en cambio, están hechos con piezas de LEGO, como aberturas en el suelo, cajas para disparar y, por supuesto, todos los personajes.

El resultado no es el mejor de los posibles, ya que ambos estilos no terminan de cuajar juntos. El realismo no cuadra con los personajes tipo LEGO y queda feo, como si todos los personajes estuvieran recortados y se movieran en un mundo real, muy parecida a la sensación que se puede tener con un juego de Realidad Aumentada, aunque no tan exagerado.

La Casa de Bilbo, Bolsón Cerrado, hacía las veces de tutorial en LEGO: El Hobbit. Ahí aprendíamos los rudimentos del juego, como el control, el unirnos a un compañero para hacer acciones conjuntas, a manejar los distintos poderes de cada enano y a afrontar los momentos en los que hay que construir cosas. A pesar de que el juego cuenta con 80 personajes jugables, todo se centrará en los protagonistas de la historia, que son los trece enanos de Thorin, Bilbo y Gandalf. Cada uno de estos personajes tendrá sus propios poderes y capacidades especiales. Por ejemplo, Bilbo podrá usar el Anilo Único para hacerse invisible y ver elementos escondidos en el escenario, Fili usará el arco y las flechas para derribar y romper obstáculos lejanos, el martillo de Dwalin vale para apartar obstáculos pesados del camino, Dori tiene una pértiga con la que hacer torres de enanos y llegar a lugares altos, Bombur puede hacerse una “enanosfera” y cargar rodando contra los trasgos… Estos poderes tienen tanto una vertiente ofensiva como otra enfocada a resolver los distintos puzles y superar los obstáculos de cada nivel.

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Es en la huida de la ciudad de los trasgos donde mejor se ve esta mayor variedad de situaciones, que no todo será aporrear botones para salir adelante. El enfrentamiento contra el Gran Trasgo implicaba destruir las cajas que cogía para arrojárnoslas de tres  maneras diferentes: con flechas, con cadenas armadas y con la magia de Gandalf. La salida de la ciudad proponía diversos puzles que requerían la colaboración de todos los enanos. Para coger un ariete, por ejemplo, se hacía necesaria la fuerza de dos de ellos, mientras que las hachas se tornan indispensables para destruir ciertos objetos. Esta colaboración también se ve en los momentos de lucha, ya que ahora se pueden hacer dúos y ataques conjuntos, ya que el multijugador volverá a tener una fuerte presencia en este título, aunque de nuevo sólo en su vertiente local.

Por supuesto, TT Games no se olvidado de la construcción en LEGO: El Hobbit. Ya no será algo automático, acercarse a los elementos y que el personaje lo haga todo solo, sino que ahora habrá que conseguir en primer lugar las materias primas necesarias para construir lo que necesitemos. Pero aquí no acaba la interactividad, ya que luego  accederemos a un pequeño minijuego en el que habrá que escoger lo más rápido posible las piezas necesarias para construir una mesa, una palanca o un interruptor, lo que sea que tengamos entre manos.

Por último, pudimos ver un pequeño minijuego protagonizado por los enanos, recogiendo los platos en casa de Bilbo. El juego consistía simplemente en un QTE en el que pulsar el botón adecuado para que uno de los platos fuera pasando de enano a enano. Muy simple y buscando introducir elementos nuevos que se alejen de las mecánicas de exploración del mundo abierto (que lo habrá, aunque no pudimos ver nada) donde resolver misiones secundarias, y las misiones cerradas, relacionadas con la trama. La lástima era que de fondo sonaba la canción de la película dedicada a este momento y que habría sido mucho más adecuado hacer algún tipo de minijuego musical, no simplemente pulsar botones de la forma correcta.

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Y es que sin duda el apartado sonoro puede ser lo que más lastre a este juego, sobre todo en su versión angloparlante. Los diálogos son los oficiales de las películas, y con esto quiero decir que son exactamente los mismos, cortados y editados para encajar en las nuevas secuencias. En inglés queda muy forzado y completamente fuera de lugar, todo descontextualizado y artificial. En español se ha comentado que los actores de doblaje serán los oficiales, pero ignoramos si significará que volverán a doblar el juego o simplemente cogerán los cortes en español. La música tampoco es el punto fuerte de LEGO: El Hobbit, no tanto por su manufactura (es la misma que en las películas) sino por su ejecución: interactividad nula y muy mal aprovechada. No es emocionante escuchar el mismo bucle una y otra vez mientras aporreamos trasgos, sobre todo al ser piezas ambientales que no se integran bien con la acción.

La sensación final, y siempre teniendo en cuenta que es una versión preliminar, es que LEGO: El Hobbit es un juego confuso, tanto por el momento en el que sale (sólo llega hasta el final de La Desolación de Smaug y deja la historia abierta) como en su ejecución. Le falta mucho tiempo y más mimo en detalles como el apartado sonoro, además de que visualmente no convence. Eso sí, el sentido del humor LEGO sigue estando allí.