Mario & Luigi: Paper Jam Bros.
Los hermanos Mario han vuelto por partida triple.
[IMPRESIONES] Mario & Luigi: Paper Jam Bros. (3DS) - Avances
No vamos a negarlo. El anuncio de Mario & Luigi: Paper Jam Bros. sentó como un jarro de agua fría en un E3 cargado de muy pocas novedades. Un ambiente muy negativo (pero justificado) y muy poco optimismo para un crossover de este calibre, cuando una de las sagas que se encuentran en él había salido un poco mal parada. El experimento de Paper Mario: Sticker Star había hecho mucho daño a su presentación, y tras varios meses de silencio seguía sin llamar la atención.
Juntos, y revueltos
Tal vez por eso al ponernos a los mandos todo cobra una perspectiva muy distinta. Todo comienza en cuanto el libro de Paper Mario abre las puertas a un nuevo mundo y ambas dimensiones colisionan. La confusión es grande pero no tan sólo nuestros viejos amigos aprovecharán la ocasión sino que también lo harán los enemigos. Y aquí empieza la verdadera diversión, porque uno empieza a entrever que el asunto no es tan sólo un mezcla y combina si no que cobra una nueva dimensión de proporciones épicas.
Que Paper Mario salte al mundo de Mario & Luigi y se una haciendo un trío imprescindible para pasarse la aventura suena a idea rápida para rellenar catálogo, pero luego funciona tan bien que uno se pregunta cómo no lo intentaron antes. Para empezar, cinco minutos han sido suficiente para encontrar bastantes referencias, tanto en diálogos como en imágenes, para que fans de ambas sagas se planteen las similitudes de ambos mundos. Pero lo mejor es que las continuas bromas internas enganchan y es un no parar.
La dirección de arte tampoco se queda corta. Lo visto hasta ahora deja bien claro el buen hacer que tiene Nintendo a la hora de fusionar sagas y la fórmula del éxito tiende a repetirse en Mario & Luigi: Paper Jam Bros. Ninguno de los dos universos abandona las propiedades de sus orígenes, pero se aprovechan de esta diferencia para la exploración del mundo hasta el punto que aporta mecánicas refrescantes e inimaginables con las ventajas de ser un simple cacho de papel. ¿No podemos pasar entre dos piedras? No hay problema: Mario de Papel entra al rescate. ¿Mario de Papel no puede tocar el agua? No pasa nada, hay dos protagonistas que encuentran la solución al problema. Pensar en ese sentido es divertido y curioso a partes iguales
Hermanos que mantienen la esencia
Lo mejor es que en los combate el original planteamiento se mantiene, con un Mario & Luigi que sigue las mecánicas típicas de rol (y arrastrando con ello todo lo aprendido de Dream Team Bros. y mejorándolo) y un Mario de Papel que necesita tener el mayor número de copias de sí mismo para garantizar su fuerza y su zona de ataque a expensas de sus puntos de vida. Los enemigos son tan dispares que la estrategia cambia de forma constante. Al final, parece que el juego hereda muchísimo de Mario & Luigi y poco de Paper Mario, así que por el momento la estela de Sticker Star anda bien lejos.
Tampoco parece que vayan a faltar esos momentos de gigante que ya se han vuelto un clásico en la saga. Su control es tosco y lento, sin lugar a dudas, pero aprovecha nuevamente esta mezcla para dar una vuelta de tuerca a la mecánica, y se antoja divertido y entretenido a la larga. Todo está tan bien calculado que uno se quita de la cabeza esa sensación de estar a manos de un título de segunda.
Al final Mario & Luigi: Paper Jam Bros. (con esa coletilla continuista en Europa) pasa de ser un título de relleno a aspirar a ser un imprescindible estas navidades para todos los seguidores de la serie. Este primer contacto es suficiente para dejar claro que lo del E3 fue una ilusión y aunque no aspira a ser una revolución por lo tenor de lo visto hasta ahora no quita que tiene todas las herramientas necesarias para enganchar al jugador. Un juego que hay que mantener en el punto de mira y que una vez más recuerda el problema de las primeras impresiones que transmite Nintendo con la mayoría de sus títulos.