Bayonetta 2
Jugamos a los primeros niveles de Bayonetta 2, el nuevo juego de Platinum Games para Wii U.
Impresiones de Bayonetta 2 - Avances
Bayonetta 2 es como el Ponte Eufórico Mix de Barney Stinson, en Cómo Conocí a Vuestra Madre: siempre hacia arriba. No hay altibajos, momentos en los que estás arriba, luego bajas y terminas subiendo de nuevo. Bayonetta comienza en un punto y, desde ahí, no para de crecer hasta que te encuentras entre manos con una situación brutal y desproporcionada que o adoras u odias, sin término medio que valga. Y bastan quince minutos para estar metido de lleno en el meollo, esperando con ansias cuál será la siguiente ida de olla. Los que hayáis jugado a The Wonderful 101 sabréis de lo que hablo.
Porque vamos a ver, qué se puede esperar de un primer nivel que comienza con un vídeo explicativo suave, una presentación de personajes llena de referencias veladas a la primera parte (aunque se puede seguir perfectamente si no la has jugado, hay suficientes guiños para los seguidores) en la que conocemos un poco más a Bayonetta, Jean, Enzob y Rodin, además de la caterva de enemigos que aparecerán y contra los que tendremos que liarnos a mamporros a la mínima de cambio.
Pero tranquilos, la acción no tarda mucho en arrancar y ya es el no parar. Bayonetta le propina una patada a un caza militar que está a punto de estrellarse contra una tienda de juguetes y lo manda a la estratosfera. Es el momento perfecto para cambiar las calles de la ciudad por “lomo” del avión y convertirlo en un campo de batalla en el que zurrar a diestro y siniestro. El avión sobrevuela la ciudad y los bichos son cada vez más grandes, rápidos y peligrosos. Como estoy jugando en normal y Bayonetta 2 no es un juego que te quiera poner las cosas demasiado fáciles, recibo un par de buenos mamporros que me recuerdan lo oxidado que estoy y que voy a tenerle que echar unas cuantas horas para recuperar el nivel que tenía hace seis años.
Los adversarios se van haciendo cada vez más grandes, pasando de simples ángeles de infantería a centauros celestiales y luego un gigante que intentará aplastarnos. Estos enemigos dejan lugar a un adversario realmente grande, luego a otro gigantesco del tamaño de un vagón de tren, en tercer lugar una criatura enorme y, para terminar, aparecerá un enorme dragón de sombras que se enrosca en edificios y que intuimos que podría hacer un excelente papel peleándose con Godzilla. Lo habitual, vaya.
Y mientras a mi alrededor caen aviones, las ciudades se quiebran, caen cascotes y vivo una batalla campal, me toca intentar centrarme en los combates, que siguen tan espectaculares como siempre y de los que sólo lamenté no haber podido probar una partida con muchas opciones, sino que me conformé con las pistolas iniciales, sin poder disfrutar del ecléctico armamento que seguro terminará disponiendo la bruja. Los combos infinitos y la habilidad de esquivar de Bayonetta, que es tan fluida como un movimiento más, permite que los combates no tengan ningún tipo de pausa y sean frenéticos. No paras de saltar, esquivar y golpear con mil golpes diferentes, activando poderes y convirtiendo a los enemigos en fosfatina.
Los combates contra varios enemigos son una prueba de habilidad para tus reflejos y para tu visión periférica. Tienes que estar mucho más atento de lo que ocurre a tu alrededor, ya que no quieres llevarte un guantazo indeseado. Los enemigos pequeños todavía dan más cancha, pero los más grandes son también más fuertes y poderosos y no duraremos mucho si nos golpean. Estos combates son la cima de la exageración de Bayonetta 2, con duelos épicos contra gigantes que siempre acaban de una forma totalmente espectacular usando uno de los grandes poderes de Bayonetta. Y todo esto ocurre, además, sin una sola ralentización y con una suavidad de imagen tremenda.
El segundo y tercer nivel cambian totalmente de tercio y nos sumergimos ya en la ciudad de Fibulventr, donde tienen secuestrada a Jane. Esta ciudad es un lugar amplio y hermoso, con edificios altos y profusamente decorados y llena de luz. Bayonetta 2 parece que será un juego mucho más luminoso que su predecesor, que gustaba de mostrar escenarios más cerrados, góticos y nocturnos, mientras que la secuela es diurna con colores claros, mucho blanco y dorado y elementos reflectantes. También tiene zonas sumergidas, con lo que me quedé con la duda de si se habrá niveles submarinos más adelante o sólo están ahí para complementar la exploración de los escenarios, que tiene cofres ocultos y algunos retos interesantes para conseguir premios.
En cualquier caso, lo único que tengo claro después de jugar a Bayonetta 2 tranquilamente, en un sillón, sin el agobio de una feria o teniendo que hacer cola en un evento, es que tengo más ganas de jugarlo y de desentrañar sus secretos que nunca. Tiene todo lo que podría esperarse de la secuela del primer Bayonetta, pero elevado a una nueva escala. ¿Qué más se puede pedir?