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¡Lo que te perdiste! #06 Geist (GameCube)

Cariño, alguien ha poseído a los niños.

Un mes más, un episodio más de "¡Lo que te perdiste!" que no podía faltar. Últimamente las cosas se están moviendo muy deprisa en el mundo de las consolas, y especialmente para los ¨nintenderos¨, casi de manera inapreciable pero siempre inesperada. Cualquier día Nintendo nos sorprenderá y la tensión y preocupación en los foros es palpable, es más, de vez en cuando me restriego la pantalla del portátil por el cuerpo y puedo sentir vuestro temor. Por eso, en esta ocasión os traigo uno de los juegos de la compañía japonesa que es algo diferente a lo que suele hacer con normalidad, pero sorprendente, como siempre. ¡Exacto! Vamos a hablar de Geist

Geist fue un juego tratado injustamente. Desde su presentación en aquel E3 del 2003 fue señalado como un título de segunda, sumado a que se trataba de una nueva IP, desarrollado por una compañía externa (la venida a menos y recién cerrada n-Space) en colaboración con Nintendo, alejada de la temática y el aspecto desenfadado al que nos tenían acostumbrados los de Kioto. Los numerosos retrasos que sufrió no ayudaron y el juego pasó todo su desarrollo siendo un título de segunda línea de cara al mercado. Por si este desprecio fuera insuficiente, Geist salió al mercado tarde, siendo uno de los 8 últimos coletazos de GameCube, cuando ésta se consideraba casi muerta, y por supuesto sin recibir la publicidad que sí tenían los grandes juegos de la consola, por lo que toda su difusión pasaba a manos de la prensa "especializada", que lo etiquetó dentro del género de los Shooters, cuando eso no era lo que pretendía, y dejando lindezas de este tipo en los análisis: "Pues para ser un juego de disparos se pegan pocos tiros". Calificado como algo común, del montón. Cuando lo que ofrece realmente es una propuesta diferente.

Geist nos pone en la siguiente situación: junto a un grupo de agentes especiales nos adentramos en instalaciones terroristas con el fin de poner fin a los experimentos secretos que ahí suceden, pero, en un giro de los acontecimientos, somos apresados y sometidos a los mismos. Hemos sido separados de nuestro cuerpo y ahora somos un ente etéreo que vaga sin rumbo por el mundo. Tenemos que hacer lo que sea para recuperar nuestro cuerpo

¿En mi cuerpo o en el tuyo?

Pronto nos damos cuenta de que no necesitamos ser nosotros mismos para ocupar un lugar físico en el mundo. Con esta idea se desarrolla toda la aventura, la capacidad de realizar posesiones. Podemos poseer personas, animales e incluso objetos inanimados con el objetivo de avanzar por las instalaciones y. a su vez, por la interesante historia que nos narran. Los objetos a los que podemos dotar de espíritu se cuentan por decenas, pero los seres vivos requerirán más que apretar un simple botón para suplantar sus almas. Tenemos que crear una inestabilidad en el aura que les rodea, y para ello hay que asustarles. Puede parecer una idea macabra, y de hecho lo es.

De este modo, tomando prestado sin permiso la forma de los que se encuentra en los distintos escenarios, seremos capaces de hallar la manera de dar un susto de muerte, y así, por ejemplo, poseyendo a un ratón, avanzar por dentro de las paredes hacia una habitación contigua, o, poniendo otro ejemplo, ocupar el cuerpo de un guardia para usar su metralleta y generar el pánico para los que se encuentren alrededor.

La manera en que se desarrollan las cosas, el propio desarrollo, es el punto fuerte de Geist. Se nos plantean situaciones diversas, y os pondré algunos ejemplos, cómo hacer que suene un teléfono sin que haya nadie en el otro extremo, hacer salir agua turbia de un grifo, resquebrajar un espejo mientras alguien se observa... pero no siempre será así de simple. En una cocina nos meteremos dentro del horno y quemaremos la comida, haciendo echar humo al delicioso manjar que preparaba el cocinero para llamar su atención, y a continuación sorprenderlo haciendo explotar los electrodomésticos en sus narices. Nos colaremos en las duchas de las mujeres y, con un juego de aguas y temperaturas, conseguiremos asustar a la indefensa muchacha que ahí se encuentra relajándose. Por supuesto, no pueden faltar los jefes y enemigos a los que derrotar.

Como podéis comprobar, no nos encontramos ante un juego de disparos por el simple hecho de que se nos permita tomar un arma. Es otra cosa, más cercano a una aventura gráfica, o simplemente una aventura salpicada con mucho ingenio  y peculiaridad.

Qué más os voy a contar, Geist no es lo que nos han contado, no es un mal Shooter porque no es un juego de disparos, no es inferior a otros juegos del género porque no se puede comparar con ningún otro. Es algo genuino, una idea original alrededor de la que gira toda una aventura. Un juego que llega ofreciendo una propuesta inesperada y de los que tanto hacen falta en cualquier consola. Un juego que tienes que jugar.