#LaEraIwata: El eterno Please Understand [ACT]
Recibimos la gran actualización de mayo para el último capítulo de la serie La Era Iwata.
Recibimos la gran actualización de mayo para el último capítulo de la serie La Era Iwata. Tras Los tres pilares, las Touch! Generations, la fiebre de las Wii Cosas, la problemática de Nintendo 3DS y 2013: El año de Nintendo 3DS, llega el último capítulo de la serie #LaEraIwata: El Eterno Please Understand. En él hablaremos de Wii U y de su extraño recorrido durante estos tres años, que ha marcado de forma negativa e irremediable la era de Satoru Iwata. Y sí, esta vez sí será hoy.
El eterno Please Understand
No hay nada que un pequeño baile en el calendario no pueda solucionar, salvo el retraso en sí mismo. Sin embargo, la opinión popular lo tiene muy claro a la hora de emitir juicios: Se prefiere que algo se retrase antes de que salga de forma prematura y sin terminar. Satoru Iwata parece habérselo tomado al pie de la letra, no escatimando en retrasos y pidiéndonos comprensión. Parece que la alta definición se le atragantó en los orígenes de Wii U, allá por 2012, y que hasta hace poco no han podido reaccionar de la forma adecuada. La última consola de Nintendo ha resultado ser la eterna promesa, la de aquel relanzamiento que nunca llegó, la del juego con dos Gamepads que nunca se vio, la del Eterno Please Understand. Pero es difícil comprender la situación sin echarle un ojo a la turbulenta etapa final de su exitosa antecesora, Wii. Por supuesto, nada mejor que un pequeño retraso en el artículo para ilustrar qué efecto produce en el expectante consumidor. Pero ya está, el último capítulo de la serie La Era Iwata ya está aquí. Pero antes, un vídeo para ilustrar lo que ya sabéis:
Los errores del pasado pasan factura en el presente
Wii parecía que iba a comerse el mundo. Su ritmo de venta era inaudito, ni siquiera PS2 en sus mejores años había conseguido poner en los salones de la gente tantas consolas a la vez y, sin embargo, al final no ha logrado batir el récord de la exitosa sobremesa de SONY por culpa de un error de planificación que hizo que el atractivo de Wii se desinflara a menos de cinco años de su lanzamiento. Hablamos, por supuesto, del tan comentado Salto a la alta definición. Nintendo confiaba en que la implantación de los televisores que permitían esas resoluciones se iba a retrasar por lo menos cinco o seis años.
Sin embargo, la realidad fue muy diferente y a los pocos años de nacer Wii raros eran los salones que no tenían una televisión preparada para soportar imágenes a 720p de forma eficaz. Y lo peor era que los juegos de la prematuramente envejecida sobremesa se veían fatal en ese tipo de televisores, especialmente si no usabas cable de componentes, cable que, por otra parte, tenías que comprar aparte. Poco a poco, la gente, aquel océano azul, fue abandonando a la blanquita. Conozco a gente que se divertía jugando a los juegos de Wii, pero que se compraron una televisión grande y era conectar ambos dispositivos y producirse una reacción desagradable. Aunque se diga que los gráficos no importan, lo cierto es que sí lo hacen y además de forma determinante, especialmente si no tienes mucho tiempo para acostumbrarte a unos dientes de sierra capaces de cortar hasta el último rincón de tus ojos.
De esta forma, algunos buscaron experiencias más acordes con las nuevas tecnologías como podían ser PS3 (que vivió un auténtico relanzamiento) o, en menor medida, Xbox 360. Otros se bajaron del barco para siempre. Al final, la imagen de Wii fue irremediablemente dañada aunque Nintendo fue la única que pareció no enterarse, decidiendo llamar a su nueva consola Wii U, un nombre continuista y confuso por el que la gente llegó a pensar que se trataba de un nuevo periférico para la vieja consola o, incluso, de una revisión de ésta pero con soporte nativo para 720p, funcionando de forma análoga a los emuladores del PC como Dolphin que son capaces, mediante su magia tecnológica, de permitir disfrutar los juegos de Nintendo Gamecube o Wii en alta definición. Pero Wii U no era nada de eso, era una nueva consola. Una que parecía condenada al fracaso desde antes de nacer.
Una falta de entendimiento
Para empezar, a pesar de su nombre, Wii U rompió totalmente con su antecesora. Sí, era totalmente compatible, pero su sistema de control era la antítesis del Wiimote. En lugar de dedicarse a refinar el revolucionario control, cuyo puntero fue para mí uno de los mejores descubrimientos desde la cruceta para un mando, Nintendo decidió apostar por una pantalla táctil, intentando imitar al sistema de Nintendo DS. Pero no, en una sobremesa no funciona para nada igual ya que ambas pantallas están muy separadas y son de tamaños muy dispares, por lo que, al final, la pantalla del Wii U Gamepad quedó para un uso muy específico: Off-TV. Que sí, que es una gran característica, pero palidece cuando la comparamos con lo que supuso el puntero o incluso el sensor de movimientos (que sigue integrado en el Wii U Gamepad, por cierto).
Aparte de romper con el pasado, lo cierto es que Nintendo no tenía muy claro qué quería hacer ni cómo lo quería hacer. Eso se notó desde el principio, y se sigue notando a día de hoy. Una excesiva confianza en las terceras compañías, que en el fondo querían ver a Nintendo ahogarse en los últimos puestos de ventas, propició que “el mejor lanzamiento de la historia de Nintendo” acabara convirtiéndose en “el eterno Please Understand”. Los juegos no salían, los de Nintendo porque se retrasaban indefinidamente, como Pikmin 3, y los de las terceras compañías porque se cancelaban, como Crysis 3, Metro: Last Light o, en realidad, casi todos. La situación de Wii U con respecto a las terceras, que al principio parecía arreglarse poco a poco, se convirtió en una muerte absoluta. Me recuerda a aquellas personas enfermas terminales en cuyo último día de vida recuperan parte de la fuerza de antaño, justo antes de morir. Eso pasa a veces, yo lo he visto, y con Wii U y su relación con las terceras compañías ha pasado lo mismo.
No obstante, Wii U no es una consola mala y disfruta actualmente de un catálogo bastante bueno, aunque terriblemente escaso. La escasez es un mal endémico no solo de Nintendo, sino de toda esta generación. Parece como si la tecnología hubiera avanzado más rápido de lo que pueden avanzar las desarrolladoras. Tal vez el paso lento de Nintendo sea más seguro para no estrellarse, como se han estrellado ya THQ y parece que Konami y Capcom vayan por el mismo camino. A Capcom la salva Nintendo 3DS, lo cual no deja de ser paradójico ya que no tocan Wii U ni con un palo.
Al final, uno se da cuenta de que la vida de Wii U, si bien no da para hacer una gran lista de lanzamientos, si ofrece material suficiente para dedicarle una serie de artículos y así vamos a hacer en Revogamers. Si os ha gustado la serie La Era Iwata, no podéis perderos la próxima, dedicada en exclusiva a Wii U (de las pocas exclusivas third party que tendrá). Así pues, estad atentos a los próximos lanzamientos. ¡Nos vemos en la próxima temporada!