Game Boy: la diversión en tu bolsillo
Recordamos a las Game Boy, las consolas que cambiaron la industria.
La Game Boy fue una consola que lo cambió todo. Es cierto que no fue la primera consola portátil, ni siquiera fue la consola más avanzada de su época, pero supo ganarse el corazón de todos los jugadores de la década de los noventa y prolongar su éxito a lo largo de tres lustros. Es complicado imaginar cómo habría evolucionado la industria del videojuego, especialmente del portátil, si Nintendo no hubiera decidido apostar por la industria del juego de bolsillo.
Un padre llamado Gunpei Yokoi
Gunpei Yokoi fue el responsable de crear de muchos de los productos de más éxito de Nintendo, como las Game & Watch y, por supuesto, la primera Game Boy. En 1989 Nintendo sorprendía al mundo con una consola de juegos portátil, una NES de bolsillo, con un catálogo propio y la posibilidad de llevarla a todas partes.
Su reducido tamaño, enorme autonomía, un precio asequible y el enorme apoyo que recibió por parte de Nintendo con sus juegos fueron la fórmula del éxito que convirtieron a la Game Boy en un icono de su tiempo. Gran parte de este éxito se debe a su creador, que respondió de forma magistral al voto de confianza que Hiroshi Yamauchi (el anterior presidente de Nintendo y máximo accionista de la compañía) le concedió. La Game Boy fue la obra cumbre de este apacible ingeniero, que puso en práctica todo lo que había aprendido en su proyectos anteriores para dar a luz la primera consola portátil que alcanzó al mercado de masas. Y no sólo en hardware, sino que su estudio de desarrollo interno fue también el encargado de crear Super Mario Land, Dr. Mario, los primeros Fire Emblem y la saga Metroid. Casi nada.
Tetris, el milagro ruso
Pero probablemente Game Boy no habría llamado la atención de la gente, o habría tardado mucho más, de no ser por Tetris. El juego de puzles, creado por Alekséi Pázhitnov, fue definitivo para convertir a la Game Boy `tocha´ en un verdadero fenómeno social. El título tenía su versión en recreativas y no lo había hecho mal en la NES, pero fue a través de su versión para Game Boy que alcanzaría la fama mundial. Sencillo, accesible y terriblemente adictivo, se convirtió en una suerte de crucigrama digital que se podía jugar en el salón de casa, en un viaje en coche o, sencillamente, en el cuarto de baño, sustituyendo a la clásica revista.
Nintendo se dio cuenta del potencial que una posible simbiosis con Tetris podía tener y se apresuró a crear un pack de Game boy con el juego. El resultado fueron 30 millones de juegos vendidos, una cifra de absoluto récord que le sigue valiendo el puesto número seis en los juegos más vendidos de todos los tiempos. Tetris fue el comienzo de un meteórico ascenso que convertiría a la Game Boy en un objeto de deseo y fruto de envidias, a pesar de su pobre pantalla y sus gráficos limitados.
Pero Nintendo no se detuvo aquí. En cuanto la consola comenzó a despegar su perspectiva cambió de juguete experimental a convertirse en uno de los pilares sobre los que la compañía se apoyaría durante quince años, hasta la llegada de la Nintendo DS, y que la mantendría en la salud financiera durante los duros años de N64 y GameCube, en las que Nintendo estuvo a rebufo en el mercado de sobremesa. La multinacional de Tokyo contempló a la consola y sentaría las bases de un imperio portátil en el que todavía gobierna.