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Final Fantasy: 25º aniversario

Antaño Nintendera, una de las sagas más exitosas de la industria cumple años.

Nací el mismo año que Final Fantasy y empecé a disfrutarlo a muy temprana edad, cuando su séptima entrega llegó traducida al castellano -al menos eso decía el vendedor-. Ya había jugado a muchos RPG anteriormente, sobre todo los de acción que me encantaban. Había disfrutado un montón tanto con Illusion of Time como con Secret of Evermore, sin olvidarnos del fantástico Terranigma. Sin embargo, Breath of Fire me había aburrido. Pensaba que los turnos no me gustaban pero todo cambió cuando jugué a Final Fantasy VII. Y fue una experiencia realmente fantástica que os recomiendo que viváis por vosotros mismos ya que SquareEnix-Eidos ha vuelto a publicar este año su séptima entrega para PC y, si estáis leyendo este artículo, probablemente os funcione un juego de 1997. Para mí, hablar de Final Fantasy es hablar de una de las mejores sagas de la historia, una de esas que tiene un hueco en mi corazoncito de jugador a pesar de que últimamente se haya alejado tanto de lo que solía ser.

Un pasado nintendero

Sin embargo, aunque llevemos desde su séptima entrega sin ver un Final Fantasy de la saga principal en ninguna plataforma de Nintendo, lo cierto es que la franquicia empezó sus andadas en NES. Los primeros tres juegos fueron buenos, pero sin llegar a la excelencia. Apenas se estaba descubriendo el hoy conocido como RPG japonés que había ``inventado´´ Dragon Quest cuando apareció la primera iteración de la saga de Hironobu Sakaguchi, a quien ya dedicamos un artículo con motivo del lanzamiento europeo de The Last Story. Corría el año 1987 y, mientras yo nacía, Squaresoft gestaba la que sería su saga más reconocida.

25 años final fantasy

En las primeras entregas se marcó un poco el camino a seguir aunque la sombra de Dragon Quest pesaba mucho sobre ellas. En la segunda aparecieron las famosas invocaciones, los bellos chocobos y los entrañables moguri. En la tercera el sistema de profesiones permitía una personalización enorme para cada personaje. Sin embargo fue la cuarta, la que estrenó Super Nintendo, la que marcó la diferencia. Para muchos, Final Fantasy IV es la entrega más importante de la saga ya que fue la primera en la que cada personaje tenía una gran personalidad acompañada de una no menos impactante historia de trasfondo. Mientras Cecil se debatía entre la luz y la oscuridad, el resto iba y venía según le convenía. Había momentos dramáticos, pero también románticos y felices, sin olvidarnos de los cómicos. Apareció el mecánico Cid, cuyo nombre se fue trasmitiendo en cada entrega de la saga de forma inamovible. En Estados Unidos se publicó como Final Fantasy II y muy cambiado para que fuera fácil y asequible para el jugador corriente. Actualmente cuenta con un montón de reediciones y remakes tanto para DS, GBA, Consola Virtual como para PSP.

Final Fantasy V no fue tan importante, a pesar de llevar el sistema de profesiones de Final Fantasy I y III a su máxima expresión. Había momentos dramáticos, románticos y cómicos pero la historia no era tan rompedora como la de su anterior entrega. Fue Final Fantasy VI, conocido en Estados Unidos como Final Fantasy III, el que puso un broche de oro a la etapa nintendera. Es un juego muy querido con unos personajes entrañables mucho más profundos que los que aparecían en la cuarta entrega. Cada uno de ellos tenía un rol determinado pero, a partir de cierto punto, todos podían aprender determinadas habilidades para contribuir de forma polivalente al grupo. No voy a decir más ya que, si no habéis jugado, no deberíais esperar más.

La séptima entrega, esa que me descubrió la saga, fue programada en un principio para Nintendo 64. Sin embargo, Hironobu Sakaguchi quería revolucionar la saga con la inclusión de cinemáticas, algo rara vez visto en la época. Ningún Final Fantasy, hasta el momento, no habían sido un portento técnico y quería que la situación cambiara: El espectáculo al servicio de sus juegos. Como Nintendo no le daba lo que quería, que era una capacidad de almacenamiento superior, la saga migró a PlayStation y alcanzó en la plataforma de Sony su éxito más internacional.

Una época dorada lejos de Kyoto.

Seguramente fue la mejor época para la saga. Final Fantasy VII arrasó en ventas y se convirtió en todo un fenómeno. Final Fantasy VIII fue recibido con clamor gracias a su espectacularidad cinematográfica, a pesar de que en términos generales quedaba por detrás de su antecesor. Se anunciaron más adelante tres Final Fantasy en un mismo E3. Final Fantasy IX, que había sido planeado como un spin off de la saga, sirvió para homenajear a toda la saga y para cerrar la fantástica temporada vivida en PlayStation. Final Fantasy X inauguraba a ``la bestia negra´´, PlayStation 2, la consola de sobremesa más vendida de la historia. Y Final Fantasy XI, una apuesta personal de Hironobu Sakaguchi, fue el primer Final Fantasy online de la historia y, además, el que más beneficios ha generado a la compañía.

Sin embargo, Hironobu Sakaguchi abandonó a la compañía y a la saga. ¿Por qué? Resulta que la época comentada antes no fue tan bonita. Al creador, que poco le importaba la economía de la compañía, se le antojó crear una obra cinematográfica. Y no me refiero a un juego al estilo de los Metal Gear de Hideo Kojima, sino a una película de verdad y para los cines. Final Fantasy: The Spirits Within fue el mayor fracaso de Squaresoft, provocó el cierre de los estudios de cine que la compañía tenía en Hawaii y empujó a la fusión con su rival Enix, madre de la saga Dragon Quest, formando la conocida SquareEnix.