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Canela y el Secreto de las Lllamadas Perdidas - Capítulo 1

Una nueva amenaza.

Canela y el Secreto de las Llamadas Perdidas.

Capítulo 1: Una nueva amenaza

Estaba anocheciendo cuando llegó al cementerio de Kakariko. Una pequeña brisa hacía cantar y bailar a los sauces, que con sus hojas hacían escalofriantes e imaginativas sombras en las paredes y el suelo. Canela adoptó una actitud prudencial y comenzó a mirar cautelosamente a su alrededor, nunca se sabe dónde podía estar escondido el enemigo. Llegó a una especie de plazoleta circular. La plaza se vestía completamente de césped salvo por los pequeños brotes de violetas que se distribuían equitativamente. En el centro de la plaza había un pequeño mausoleo revestido en mármol. Canela llegó hasta su puerta y durante unos instantes observó los grabados decorativos que escondía la piedra. Símbolos extraños… humanoides de 4 dedos, entierros… celebraciones… el mármol guardaba los secretos de toda una era, misterios que gritaban su naturaleza en un idioma que jamás nadie entendía. Canela dejó de mirar aquellos jeroglíficos al oír pasos a sus espaldas. Cuando se dio la vuelta no encontró a nadie y sin embargo seguía escuchándolos.

-¿Quién anda ahí? Muéstrate. –Gritó- Los perros tenemos un sentido del oído muy desarrollado, sé que estás aquí.

-Vaya, vaya, perrita, no esperaba menos de ti. - Dijo una voz mientras su cuerpo se materializaba.

Delante de Canela apareció una mujer alta completamente vestida de cuero. Su cabello era corto y negro y portaba unas gafas negras que junto al lunar de su cara le hacía parecer bastante sensual.

-Sabía que olía a zorra por aquí. ¿Dónde tienes al señor Layton?

Bayonetta se ajustó las gafas con la pistola derecha.

-Me temo que tu príncipe está en otro castillo, perrita.

-¡Mientes! –dijo Canela enfurecida.- ¡Y no me llames perrita!

Canela sacó de su inventario un puñado de hojas y las lanzó por toda la plaza. Al tocar el suelo las hojas explotaron dejando una enorme humareda a su alrededor. Cuando el humo desapareció en el lugar de las explosiones se divisaron Giroides. Los artefactos dirigieron sus miradas hacia Bayonetta y comenzaron  a disparar por su boca semillas.

Bayonetta se quedó quieta esperando a que la primera semilla llegase hasta ella y antes de recibir el impacto la esquivó, activando así el tiempo de bruja. De repente Bayonetta vió el mundo a cámara lenta. Se acercó a Canela lo más rápido que pudo dispuesta a propinarle un puñetazo. Pero Canela paró su puño antes de poder golpearla. El tiempo de bruja se desvaneció.

-Esos trucos no funcionan conmigo, como canino tengo mis ventajas.

-Eres una perrita muy traviesa, mira que atacarme sin ningún motivo… -dijo Bayonetta.

- ¡No mientas! ¡Tienes al señor Layton! –dijo mientras lanzaba a Bayonetta por los aires.

Canela sacó su tirachinas y le apuntó.

-Además, tampoco tengo cerezas en mi pueblo –dijo mientras disparaba.

Bayonetta se convirtió en cuervo, esquivó el ataque y descendió al suelo lanzando plumas. Canela las esquivó danto tres saltos mortales. Canela y Bayonetta se miraron mientras jadeaban.

-Tu sentido del humor es bastante decepcionante perrita ¿No te habrá abandonado tu principito por eso? – dijo Bayonetta.

-No voy a dejar que me vaciles ni un segundo más. En el siguiente ataque lo daré todo –Canela apretó el puño y se lanzó hacia su rival.

-Eso quiero verlo, creo que haré lo mismo- dijo Bayonetta mientras levantaba su pierna para golpear a Canela.

Justo antes del choque se escuchó “Hey Listen, parad” y una luz brillante se interpuso en el camino de las dos. Canela y Bayonetta se detuvieron en seco.

-¿Quién es esta luciernága? –preguntó Bayonetta.

-¡No soy una luciérnaga! Soy Navi, un hada. –protestó mientras revoloteaba alrededor de Bayonetta.

-Ahora estamos ocupadas – dijo Canela mientras sacaba sus colmillos.

-He sido yo quien os he llamado a las dos aquí.

Canela le miró.

-¿Tú? ¿Dónde está el señor Layton?

Navi comenzó a revolotear cerca de Canela.

-Está encerrado en el mismo lugar que Link. No pude evitar que se lo llevasen. Tenemos que rescatarlos... por eso os llamé a las dos.

- Una cosa hadita silvestre… a ti te han quitado a tu Link, a la perrita a su príncipe… ¿y a mí? ¿Para qué me has llamado? ¿Me han quitado algún ser querido? –preguntó Bayonetta.

-Pues… a nadie… creo… Te he llamado porque eres fuerte y eso…

- Vaya, vaya… quiero que te quede claro una cosita, hadita… -dijo mientras se desvanecía- Yo no soy de Nintendo…

Bayonetta se desvaneció y se marchó.

-Deja que se vaya… Navi, tienes que decirme quien es el enemigo y donde puedo encontrar al señor Layton.

Navi lo pensó durante unos instantes…

-Pues… ocurrió mientras veía el último Revo Direct, así que no lo sé, solo vi que se dirigían hacia el norte…

Canela miró hacia el norte.

-Pues no hay tiempo que perder. ¡Hacia el norte! –gritó Canela mientras que agarraba a Navi.

Bayonetta las escuchó silenciosamente desde lo alto del mausoleo y observó cómo se marchaban. Suspiró, tenía que ayudarlas, aunque le pesase eran sus nuevas compañeras. Pero no por eso se iba a dejar ver, lo haría desde las sombras. A Bayonetta le gustaba hacerse la dura. Escuchó algo aproximarse a su espalda. Una bola impactó fuertemente en su cabeza. La extraña esfera se abrió y notó como todo su cuerpo se reducía y era atraído hacia aquel misterioso artefacto. Bayonetta quedó atrapada dentro de una Master Ball.