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Xenoblade Chronicles

El coloso ha llegado a Wii.  

Xenoblade Chronicles - Análisis

El sistema de combate, detallado en el avance que publicamos la semana pasada, bebe directamente de los MMORPGs. Tendremos el control de un personaje que elijamos quien atacará de forma automática al enemigo que señalemos mientras gestionamos qué arte usar en cada momento. Dichas artes son las habilidades de combate, que sustituyen a las tan sufridas magias, habilidades e incluso a los objetos de batalla; siendo por tanto uno de los ejes principales sobre los que gira el juego. Los otros dos personajes del grupo actuarán por su cuenta, pero podremos darles un número limitado de órdenes. Según como se desarrolle el combate, una barra azul de tres eslabones, denominada barra de grupo, se llenará permitiéndonos interactuar de forma más directa con el resto de personajes, así como resucitarlos o ejecutar un ataque combinado demoledor.

Los personajes, entre ellos, desarrollarán afinidad según el comportamiento tanto dentro del campo de batalla como fuera y ésta será determinante para el éxito de nuestra misión, además de permitirnos acceder a eventos especiales llamados “conversaciones”.

Análisis Xenoblade Wii

Xenoblade Chronicles dispone de un complejo sistema de equipación. Cada pieza de equipo presenta un diseño diferente para cada personaje y algunas, además, podrán ser mejoradas mediante gemas que encontremos o fabriquemos. Cabe destacar que dos piezas con el mismo nombre podrán tener atributos ligeramente diferentes, tal y como suele suceder en los RPGs occidentales. Además, hallaremos repartidos por el campo o como botín al derrotar enemigos una gran cantidad de objetos que podremos utilizar para realizar trueques con los PNJs con nombre propio y para más cosas que, os aseguro, es mejor que descubráis por vosotros mismos.

Hace acto de presencia también un sistema de misiones muy sencillo pero con muchas posibilidades, que nos ayudará a obtener dinero, experiencia y otras recompensas como, por ejemplo, hacer que los PNJs mejoren sus relaciones entre sí y nos den acceso a más misiones. Otra forma de conseguir experiencia es explorar los enormes mapas, pues cada lugar nuevo descubierto es recompensado con varios puntos. Además, algunos de estos lugares son a la vez marcadores los cuales nos permiten viajar rápidamente de una punta a otra del mundo. Estos marcadores son además una especie de punto de control, pues cuando el grupo sea derrotado en una batalla será teletransportado directamente al último visitado sin perder ni objetos, ni experiencia, ni nada. Por mucho tiempo que pase, el botín que deja caer cada enemigo nunca desaparece. Esto, que parece una medida que podría facilitar en exceso el juego, es uno de los mayores aciertos de Xenoblade Chronicles para evitar la frustración que muchas veces un RPG acarrea. Todo aficionado conoce la sensación de haber conseguido un objeto súper importante que aparecía por azar y ser derrotado acto seguido por un enemigo que no nos esperábamos perdiendo todo el progreso y, por supuesto, el objeto en cuestión. Monolith Soft ha decidido acabar con dicho tormento.

Análisis Xenoblade Wii