Virtua Tennis 2009 Wii

Virtua Tennis 2009 - Análisis

También es bastante contradictorio el apartado gráfico. La escena principal, la pista y los jugadores, están muy bien definidos, con un fuerte antialiasing y texturas sorprendentes como la de la tierra batida. Los personajes están bien animados, con variedad de movimientos sacados de los grandes como Rafa Nadal y exportados al resto de jugadores. Incluso los jueces de línea esquivarán los pelotazos de forma simpática. Sin embargo, no hay mucha variedad entre los jugadores "aleatorios". Hay un editor de personajes con varias opciones, que permitirá crear algo gracioso, aunque hoy en día no se puede comparar con otros ya vistos. Pero el resto de la pista sufre de escasez de recursos y dedicación. Los dientes de sierra aparecen por todos lados y los diseños son vulgares. Lo mejor es un público un tanto simple, pero que está en 3D y no permanece inmóvil. El resultado, fluidez durante las partidas simples y caídas ocasionales de framerate en los dobles.

Virtua Tennis 2009 cuenta con las licencias de todos los torneos excepto Wimbledon e incluida la Copa Davis. Esto garantiza la visita a numerosas pistas diferentes, cada una recreada con mucha fidelidad. También se ha procurado dar algo de ambientación a través del apartado musical. Las melodías acompañan durante todos los puntos, siempre tendientes al ritmo acelerado. Sin embargo, son tan pocas que pronto cansarán, sobre todo la de "punto de partido".

En cuanto a los modos de juego, la duración está garantizada. Además de todos los modos sencillos individuales y por equipos, pequeños torneos y partidas rápidas, destaca el modo carrera. Comienzas siendo el número 100 del ranking amateur y tu objetivo es ir subiendo posiciones quedando lo mejor posible en los torneos, tanto en individual como en dobles. Una vez logrado, alcanzado el número uno amateur entras al circuito profesional, pero, atención, en el puesto 150. Y a empezar otra vez el suplicio de victorias para escalar muy poquito a poco, en el ranking. Digo suplicio porque la curva de dificultad es extremadamente plana. Al segundo día te verás ganando torneos sin ceder ningún punto. No tendrás rival ni en principiante ni en profesional, sobre todo en individuales (en dobles un poco más gracias a la incapacidad del compañero si lo controla la CPU). Llegas a liderar el circuito amateur y piensas que todo acabó, que comenzará a ser un reto. Pero no, todo sigue casi igual, al menos, durante las primeras temporadas en profesional.

Una de las opciones más raras ha sido la configuración del multijugador local enfrentado. No es a pantalla partida, sino que uno o dos de los jugadores estarán en la parte superior del monitor. Es más complicado calcular visualmente la profundidad y, sobre todo y ahora con los gestos, es un lío para la coordinación izquierda/derecha.

Durante el año, dividido en semanas, tendrás que descansar para recuperar energía o entrenar, algo que puedes hacer directamente con tu entrenador o con minijuegos. Éstos sí que son un auténtico reto de dificultad, que después tienen una buena recompensa mejorando las habilidades de nuestro personaje. Están diseñados para que aprendamos sin saber, como los juguetes educativos, porque mientras te esfuerzas en el reto, practicas lo que Sumo Digital quiere.

Otro drama es el juego en red. El sistema de menús es complejo, no queda clara ni la duración ni los rivales, ni el orden en los campeonatos que, eso sí, se corresponden con los reales y avanzan con la temporada. Pero lo peor de todo es el lag si no tienes una conexión muy buena. La experiencia queda totalmente arruinada porque es muy complicado calcular el momento de golpeo, o porque tienes que estar concentrado hasta más allá del segundo bote (incluso con una conexión Telefónica 6Mb nos han devuelto una bola tras el tercer bote).

Así que, después de muchas horas, lo que queda es confusión. El juego no es frustrante como para ser abandonado. Al contrario, tienes la sensación de que Wii MotionPlus funciona. Además, los golpes son espectaculares y hay puntos muy bonitos. Sin embargo, la dificultad no está optimizada y a veces sientes que quieres hacer otra cosa, pero no está programada, no encaja. El resto de pequeños detalles como las continuas pérdidas de tiempo o las ralentizaciones quitan mérito a un trabajo que SEGA deberá mejorar en próximas ediciones, porque puede tener un gran futuro en Wii.

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