The House of the Dead: Overkill
Overkill (pronunciado oh va kill): Candidato a uno de los mejores Shooters on Rails del momento o cómo hacer que un simple juego se convierta en una maldita maravilla.
The House of the Dead: OVERKILL - Análisis
The House of The Dead: OVERKILL es uno de esos juegos que ha sido cuidado hasta el más mínimo detalle en su presentación. Una publicidad con una estética de serie B muy cuidada, material extra en ediciones limitadas, kits de prensa personalizados... Todo estaba pensado para sumergirnos en lo que el juego se planteaba hacer: Transportar la esencia del gore fácil de los años 70-80 a la consola de moda del momento. Y, si me preguntáis si la apuesta final es buena, me alegro de poder responder que sí, The House of The Dead: OVERKILL es una maldita obra de arte.
Para quien no conozca la saga, decir que es una de las referentes en materia de shooters on rails, siendo sus principales competidoras Time Crisis o Ghost Squad (Esta última franquicia también de SEGA). Para los que no sepan qué es un shooter on rails, que se trata de un género en el cual nosotros, como jugadores, solamente tendremos que preocuparnos de disparar a los enemigos sin que estos nos lleguen a atacar. Parece (y de hecho, lo es) sencillo pero, en este caso, la sencillez es su principal atractivo. Cualquiera puede jugar, desde aquel que busque pasar un buen rato hasta el jugador que requiera el mayor desafío. La presente entrega de la saga funcionará a modo de proto-secuela, presentándonos a un personaje debutante (Isaac Washington, un teniente negro de armas tomar) y a un veterano de la saga (el agente G, en este juego como un agente novato), aunque la historia tendrá fuerza por sí misma y no nos hará ninguna falta conocer nada de la saga para disfrutarlo.
A nivel visual es realmente bueno, aunque a veces, cuando la cámara se mueve, no visualiza bien los objetos en la pantalla y no ves puertas o paredes que sí están, y cosas así. No obstante, al ser un juego de recorrido prefijado, esto no influye para nada en la jugabilidad. Lo que sí influye son las pequeñas ralentizaciones que hay cuando la pantalla presenta muchos elementos. Ralentizaciones, eso sí, esporádicas cuya mayor presencia se hará ver en el tercer nivel.
Los diseños de los enemigos son muy buenos y se ven francamente bien en nuestras Wii. Los vídeos también poseen una alta calidad y servirán para perfilar un apartado técnico notable. Sin embargo, lo mejor con diferencia del juego es su soberbia ambientación. Partiendo de la música, la cual es simplemente genial, continuando por esos pequeños detalles en los niveles que a más de un seguidor del género de la Serie B le arrancará una sonrisa de la boca y siguiendo por la magnífica actuación de voz (en inglés, eso sí) y el elaborado guión del juego se llegará hasta ese punto en el que no sabrás si estás ante un videojuego o ante una película de verdad. Desde el desconcertante principio del juego hasta el no menos desconcertante final, disfrutaremos de una experiencia realmente inmersiva. Sí, nos parecerá ver una película pero no dejaremos de pegar tiros hasta el final. Pero estaremos tan metidos que realmente pensaremos que son Isaac y G los que están disparando en realidad.
La cámara realmente parecerá que sea los ojos de nuestros protagonistas, imitando sus movimientos, parándose a examinar puertas, moviéndose cuando sea oportuno o se sienta rodeado. Isaac y G recordarán amargamente sus experiencias traumáticas a lo largo del juego, desde su particular miedo a los ascensores hasta desagradables experiencias con teléfonos ajenos. Los insultos estarán a la orden del día y abundarán casi tanto como los propios disparos. Cabezas rodando escaleras abajo, máquinas trituradoras de carne humana, cámaras de incinerado con gritos incorporados, sillas eléctricas, pantanos asquerosos, sexo explícito, Wiimotes con chicas en trajes de latex y barras de striper... Todo ello, como bien dicen en el juego, RATED XXX.