Super Monkey Ball: Banana Blitz
La primera apuesta de SEGA para Wii viene en forma de mono dentro de una bola. Y es divertidísima.
Super Monkey Ball Banana Blitz - Análisis
Cuando Nintendo reveló las posibilidades de su nuevo mando, los que vivimos ampliamente la generación GameCube pensamos, entre varias, en una aplicación “de cajón”: Sega, tráenos otro Monkey Ball. La compañía de Sonic no se durmió en los laureles y encargó al equipo habitual el proyecto, completando para el lanzamiento de Wii un gran juego y, sobre todo, un soberbio Monkey Ball.
Contando con que lo que podríamos llamar “juegos de bolas” va a ser un género cierta y lógicamente explotado en la nueva consola –Ignition traerá Mercury, Hudson Koronimpa… ¡si hasta hay un minijuego de canicas en Zelda!- los monos de Sega tienen un estilo inconfundible, tanto en diseño como en desarrollo y características de juego.
Aiai estuvo con Sonic en la presentación de Wii
La saga propone (y siempre ha propuesto, evitando el fracasado spin-off SMB Adventure) un sencillo pero efectivo y adictivo sistema de juego: elige el mono que más te guste y guíalo (dentro de su bola) a la meta de cada fase flotante sin que se caiga y sin olvidar recoger un buen puñado de plátanos. El control de la bola se hacía muy preciso en pasadas versiones mediante el uso del joystick analógico – sólo con gran pericia de pulgar se conseguía llegar a los últimos niveles. Pero el título que nos ocupa es sin duda la experiencia Monkey Ball de nueva generación: el Wii Remote convierte tu mano en el centro del equilibrio del nivel y detecta la más mínima inclinación (a los lados para girar, atrás y adelante para dirigirse) con el fin de que controlar el camino de la bola sea un proceso sólo dependiente de tu habilidad, de la física, y del exquisito diseño de los niveles. Y lo hace con absoluta perfección. Por ello, este nuevo control es no sólo el mayor valor del juego dentro de su saga, sino una práctica de momento inigualable en todo el catálogo de Wii. Más de uno intentaréis evitar la caída de vuestra bola no sólo girando la muñeca, sino acompañando el gesto con todo el cuerpo.
Aparte del control de inclinación descrito, el botón A hará saltar al mono-bola. Esta función también está inteligentemente implementada. Según la velocidad antes del salto, así alcanzará la bola en longitud (no vale pararse antes de un precipicio y luego intentar alcanzar el siguiente). Y según la inclinación antes de caer, podremos modificar el aterrizaje en casos erróneos. Dominar el salto es esencial por exigencias de los niveles, pero también lo es porque en las últimas pantallas supone una herramienta útil para corregir errores en situaciones extremas. Sin duda, un gran aliciente en el conjunto de control.
La presentación del juego es también notable. Evitando el sistema de puntero implantado en todos los juegos de Wii, la misma inclinación del mando (como dentro del juego) será la que recorrerá el catálogo de opciones. Es algo incómodo, pero original. El desarrollo marchoso típico de los juegos arcade de Sega está presente con nulos tiempos de carga, incluyendo unas músicas muy variadas y trabajadas (y de una calidad destacable, ojo a la de Océano Pirata), una localización perfecta que deja en ridículo a otros sencillos juegos de lanzamiento que vienen en inglés, y la ya mítica voz de los anteriores Monkey Ball: ¡Meta! ¡Deprisa! (¿será la misma que la de Mario Power Tennis?). No podían faltar los créditos interactivos o las graciosas repeticiones que, además, podrás guardar para futuras visualizaciones.
Siguiendo con la presentación, no hay nada que achacarle al aspecto gráfico, ni en diseño ni en calidad. Un lavado de cara en forma de escenarios de papel, con colores pastelosos pero concienzudamente elegidos, con una solidez muy digna (pocas veces verás dientes de sierra, no como en otros títulos de lanzamiento), con unos movimientos agradables y con un puñado de efectos que decoran la propuesta final: partículas festivas por doquier y efectos de desenfoque y blur muy bien integrados según cada escenario. Todo lo que se le puede pedir a un Monkey Ball en gráficos es lo que ha hecho Sega esta ocasión. Además, opciones de escaneo progresivo y aspecto panorámico están disponibles para los usuarios que dispongan del sistema apropiado.