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Spyborgs

Avanza, oleada, mata. Avanza, oleada, mata. Oleada, oleada, barril.

Spyborgs - Análisis

Y si hay una cosa que no puede faltar son los barriles, y ahí están totalmente modernizados, listos para llevarse a cuatro o cinco enemigos por delante. Es un guiño tan apetecible como la fase del ascensor, con los tipos cayendo de vete a saber qué planta. Pero eso nunca importó. Y si hay algo nostálgico que se han dejado atrás son las armas. Los tubos de Streets of Rage, los cuchillos de Final Fight, las antorchas de Cadillac & Dinosaurs... todo ese arsenal que siempre andabas buscando no aparece por ningún lado, y hubiese hecho mucho bien ante la escasez de ataques.


La cámara es fija, pero no da muchos quebraderos de cabeza; al contrario, también puede traer algún recuerdo de aquella época en la que pasabas más tiempo pegando a "lo negro" que a lo que se ve en pantalla. Pero no es mucho ya que en casi todos los escenarios se coloca bastante alejada de modo que tenga que moverse lo menos posible para mostrar toda la escena. Avanza despacio y sin complicarse, dejando claro siempre cuál es el camino a seguir. Quien peor lo pasará será el jugador que no la controla (que no es obligatoriamente el segundo, porque se puede cambiar a mano), que estará a expensas todo el tiempo. Si queda demasiado alejado, es teletransportado automáticamente junto al otro jugador.

En lo que Bionic Games se ha esforzado ha sido en crear y producir un buen ambiente. El cambio visual con respecto a la idea original aporta rudeza y violencia a un juego que no tiene nada de humor. Los personajes no son ambiciones y se limitan a recrear los estereotipos de el débil y rápido, el equilibrado, y el fuerte y lento. A pesar de su falta de personalidad, su puesta en escena gana porque las animaciones responden a la perfección a lo que se puede esperar de cada uno. Un trabajo más que digno que también se traslada a los escenarios, enormes para que lo que se necesita y que no dan excesiva sensación de repetición para ser un beat'em up. Su mayor problema son las caídas de framerate esporádicas cuando se monta una buena fiesta. Desagrada un poco que toda esa variedad esté acompañada por un número de melodías demasiado escaso y que si encaja en un lugar, difícilmente lo hará en otro, como han intentado.


No sé cuánto tiempo puede llevar completar Spyborgs en el tiempo estipulado, pero quien lo consiga a la primera es muy buen jugador. De otro modo, nos moveremos en un rango de las 8-10 horas. Lo mejor de todo es que ya de inicio hay cuatro niveles de dificultad que no se diferencias por el número de enemigos sino por las ayudas activadas automáticamente, como por ejemplo la defensa. Una vez completado, existen varios motivos que animan a volver a jugarlo: un modo de dificultad superior (al acabarlo se abre el quinto), un nuevo modo de juego mercenario, buscar todas las cintas que seguro que no has encontrado para acabar de conocer la historia y, sobre todo, hacer mejores combos para conseguir más dinero y poder evolucionar a todos los personajes, porque en una sola ronda los dejarás a mitad.

Y es todo lo que ofrece Spyborgs, un juego que recupera el espíritu clásico de los beat'em up con un detalle más moderno integrado de una forma brillante para que sea adictivo. Un juego notable que debería haber tenido algo más de chicha y que podría haber aprovechado más las evoluciones, pero que saciará el ansia de mamporro de los más veteranos manteniendo y enseñará a los nuevo en qué nos dejábamos antes las monedas de cinco duros.

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