Sonic Unleashed
El erizo más famoso del mundo de los videojuegos vuelve a la carga con una nueva entrega de sus veloces aventuras. ¿Será ésta la ocasión del resurgir de uno de los iconos del medio?
Sonic Unleashed - Análisis
Tanto en las misiones de día como de noche, el reto variará. En algunos casos tendremos que llegar al final del nivel al estilo tradicional, en otras evitar chocar con los obstáculos y en otras conseguir una cantidad determinada de anillos en un tiempo límite. Al finalizar cada pantalla se nos compensa con medallas de Sol y/o de Luna. Con ellas podremos acceder a nuevas estancias en los templos que supondrán fases bonus para conseguir vidas y extras, además de alargar la aventura. En muchas ocasiones algunas de éstas fases resultan más divertidas que las del juego en sí, así que bienvenidas son.
Los enemigos finales, aunque escasos, suponen uno de los mayores aciertos del disco. Son enormes y ofrecen variedad al avance del juego. Los combates contra ellos se basarán en tener paciencia para encontrar una rutina para atacar en el momento preciso y en tener la habilidad necesaria para evitar sus embistes.
Los gráficos están por encima de la media de lo visto en Wii, si bien tampoco es que brillen en en exceso cumplen su cometido de forma sobrada. Las diferentes localizaciones son perfectamente reconocibles y distinguibles entre sí aunque un trabajo artístico mayor podría haber logrado un mejor efecto en la experiencia de juego. La variedad de enemigos no es muy elevada y su diseño algo repetitivo, dejando de lado los mencionados jefes de nivel. La texturización en muchos casos no estará todo lo conseguida que nos gustaría. El diseño de niveles pasará por momentos brillantes y otros aburridos, siendo las fases de erizo/lobo las que salen peor paradas en la mayoría de los casos.
La música es uno de los puntos fuertes del juego. Variada, agradable y bien adecuada tanto al entorno de los diferentes continentes como a la dicotomía día/noche que acompaña a nuestro protagonista. De este modo cada continente cuenta con una música concreta de acuerdo a la etnia o cultura que representa. Del mismo modo las fases diurnas con Sonic original son más alegres, dinámicas y hasta roqueras; las nocturnas serán más pausadas, oscuras y misteriosas. Los efectos sonoros cumplen de forma sobrada, así que ¡chapó!.
Técnicamente el juego está un escalafón por encima de lo visto en la mayoría del catálogo de la máquina, eso es evidente. Pero del mismo modo que jugamos con el día y la noche, el juego ofrece claroscuros en muchos aspectos. La cámara por ejemplo no siempre se sitúa en el mejor punto para seguir la acción, dejándonos sin campo visual en algunas esquinas o giros a la hora de retroceder para recoger algún ítem que nos hayamos dejado atrás.
El juego permite el control mediante el pad clásico, un mando de Gamecube o el uso del Wiimote/Nunchuk. Cada uno con sus pros y sus contras. Si bien uno prefiere el Wiimote por lo inmersivo y sencillo del control, hay que admitir que no siempre será nuestro mejor aliado. La respuesta al control puede ser imprecisa y el ataque y los combos con Sonic/lobo puede resultar frustrante, ya que cada combo se ejecuta supuestamente de un modo distinto, pero en la práctica comprobaremos como los ataques se ejecutan casi de modo aleatorio convirtiendo cada combate en un “sacudemandos” al más puro estilo “machacabotones” de antaño.La duración del título es escasa, pudiéndonos pasar el juego en unas cuantas horas. Ahora bien, la cosa cambia si queremos desbloquear todas las fases bonus, recopilar todos los extras y repetir pantallas para obtener mayor puntuación.
Siempre es de agradecer el aporte de elementos novedosos en franquicias a veces algo estancadas que den variedad al desarrollo y muestren otras posibles vertientes de juego. No obstante la inclusión de Sonic/lobo no acaba de casar bien con el conjunto, ofreciendo un producto no cohesionado en su totalidad. La transformación podría haber sido un recurso puntual, pero dedicarle medio juego sabe a demasiado. Sonic Unleahed no es un mal título en absoluto pero para nada es el juego que nos prometieron. Aquí el mayor enemigo de Sonic no es el Dr. Eggman, sino el el exceso de pretensión y hype creado antes de su salida. Una experiencia agradable que, pese no alcanzar las cotas esperadas, ofrece un plataformas divertido a la espera de lo que nos llegue El Caballero Negro.