Ishi Sengoku-den Sadame
A espadazos por el Japón Feudal más fantástico.
Sadame (3DS) - Análisis
La historia de Sadame se divide en cuatro actos y para superar cada acto es necesario recorrer 4 niveles. Estos pueden variar según nuestras decisiones, aunque también influye el nivel de dificultad en el que estemos jugando. Los niveles de dificultad se desbloquean completando la trama principal, por lo que invita a seguir jugando con el mismo personaje durante mucho tiempo.
Un millón de posibilidades
Gracias al sistema de Go-gyo, además de la infinidad de posibilidades con el equipo, podemos personalizar a nuestro combatiente a un nivel casi enfermizo. Cada vez que se sube de nivel podemos desbloquear una casilla dentro del tablero de Go-Gyo. Cada casilla de estas desbloquea, a su vez, otro tablero completo. Hay cientos (¿miles?) de mejoras disponibles, totalmente inabarcables. Es cierto que muchas de ellas son la misma pero cambiado el elemento (fuego, agua, rayo, madera o aire) pero, aun así, las variantes son abrumadoras.
Sadame es un juego sencillo, aunque el último nivel es bastante más difícil que el penúltimo y probablemente haya que jugarlo varias veces hasta que el personaje sea lo suficientemente fuerte como para superarlo. Una lástima que las escenas de la historia no se puedan saltar. Cabe destacar que se puede cambiar de acto, pero siempre se empieza desde el principio por lo que no se puede seleccionar un nivel para entrenar. Eso sí, de esta forma podemos acceder a varios de los diferentes Karma en la primera vuelta (aunque algunos son exclusivos de niveles de dificultad superiores), que no nos durará mucho más de 5 horas.
Ayuda, por favor
En Sadame todas nuestras ranuras de guardado comparten inventario por lo que el equipo que consigamos con un personaje nos vale para cualquier otro. No sólo eso, sino que además podemos configurar a uno de ellos como asistente del que estemos manejando, lo que supondrá una gran (demasiado gran) ayuda en combate. También podemos usar el combatiente de alguien que nos encontremos vía Street Pass (ja ja). Eso sí, Sadame no utiliza para nada el resto de las características, así pues, olvidaos del 3D.
Técnicamente, Sadame es bastante discreto y alguna vez sufrirá un poco más de la cuenta para mantener una jugabilidad fluida. Sin embargo, su estética estilo Mega Drive representa el folclore japonés de una forma maravillosa, con un diseño de personajes fabuloso (aunque los enemigos normales no lo son tanto). La música tampoco se queda atrás, muy similar a lo que se puede escuchar en series como Naruto, combinando música moderna con instrumentos tradicionales japoneses.
En definitiva, Sadame es un juego muy completo, pero al que le sobran gran parte de las opciones que tiene porque apenas sí se usan y falla en la implementación de muchas de ellas. Sin embargo, con todo esto sigue siendo un juego muy divertido y con un aspecto visual y un acabado sonoro entrañable. Un pequeño diamante en bruto.