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Super Metroid

La soledad de la cazadora.

[Retroanálisis] Super Metroid - Análisis

El mundo de los videojuegos está viviendo hoy en día una obsesión con la conectividad y el multijugador. Al igual que ocurriera con los polígonos en su momento, ahora mismo todos los juegos parece que tengan la obligatoriedad de incluir multijugador online, cooperativo o competitivo, y de compartir lo que hacemos con nuestros amigos, ya sea comunicando nuestros avances en las redes sociales o viéndose reflejado en nuestro perfil de jugador.

La propuesta de Super Metroid es tan diametralmente opuesta que uno se ve obligado a reflexionar sobre todos los cambios que ha vivido la industria en los, ¡diecinueve!, años que han pasado desde su lanzamiento en una postrera Super Nintendo. Super Metroid es soledad, es echarle un pulso al jugador 1 vs. CPU, poner a prueba sus dotes de exploración, su paciencia, su habilidad y su temple.

[Retroanálisis] Super Metroid

Hay pocas experiencias más gratificantes que superar un problema o un obstáculo difícil. Super Metroid lo hace continuamente. Es de esos juegos que recompensan al jugador con una indescriptible sensación de triunfo cada vez que descubre un pasadizo secreto, una expansión de misiles o supera una zona que antes se le resistía con un nuevo objeto que acaba de conseguir. Y para ello no se vale de guiar de la manito al jugador o permitir darle a un botón para que se resuelva todo sólo. Hay que trabajar para conseguirlo.

Está concebido como un enorme laberinto en el que sólo se puede avanzar una vez el jugador haya conseguido ciertas mejoras especiales. Estas pueden ser la facultad de convertirse en morfoesfera, de poner bombas, usar misiles y supermisiles, saltar más alto o disponer de un rayo congelante, entre muchas otras. Es un juego de avanzar, descubrir que no se puede seguir, retroceder y probar otro camino.

Super Metroid es de esos títulos en los que el jugador se puede llegar a preguntar si su copia está defectuosa. Está atrapado, no hay salida aparente. Es imposible avanzar y más aún retroceder. `Es un bug´ y `este juego está roto´ pueden ser ideas que ronden, después de dar vueltas durante varios minutos. Prueba otra vez: dispara a las paredes, pon bombas en el suelo, salta, corre… tarde o temprano descubrirás ese cuadrado en la pared que se convierte en polvo o que deja al descubierto un bloque con un dibujo de Super Misil, el arma adecuada para romperlo y seguir avanzando.