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Rayman Raving Rabbids 2

Los conejos vuelven para invadir el mundo con sus desatascadores. ¿Se atascarán?

Rayman Raving Rabbids 2 - Análisis

Pero se hace difícil rejugar, sobre todo sin más gente. Donde Wario Ware, e incluso el primer Rayman Raving Rabbids muestran ingenio, éste aburre. Pocos minijuegos brillan, y los que lo hacen están empañados por el bajo nivel gráfico. Asimismo, muchos son agujeros dentro de la calidad ya de por sí irregular. Los más criticables son unos relativamente nuevos: "haz algo con el mando hasta que venga alguien". Esto se resume en tirar bolas de papel al profesor hasta que se gira, hablar por el móvil en el cine o hacer el mono en el trabajo hasta que entra tu jefe. Por muy tentadores que suenen, su excesiva duración y su predecibilidad los hacen odiosos a la larga. Otros de los peores son los que adoptan el control más engorroso posible parece realizar una acción sencillísima (el del bocadillo es el ejemplo más claro); se trata de un concepto que ya de por sí no es divertido.

Hay que hacer hincapié en los minijuegos musicales; en el primer Rayman Raving Rabbids eran de los más destacados. Consistían en mover mando, Nunchuk o ambos al ritmo de la música, mientras tirabas de la pista de baile los conejos que aparecía en hileras. Jugarlos a dobles era probablemente lo mejor de todo aquel Rayman. Aquí la interfaz es distinta, aunque los movimientos sean los mismos. Se ven mandos o Nunchuks caer de una línea hasta llegar al punto donde has de ejecutar el movimiento. Esto, unido a la cámara, que cambiando de plano muestra a los conejos dando un concierto, le dota de una parecido más que razonable con Guitar Hero; una semejanza mal hecha que sólo sirve para acentuar lo poco buenos que son. A la escasa dificultad se une el cambiar los épicos solos por periodos de agitar lo máximo posible el mando, sin necesidad de seguir de ninguna manera el ritmo. Una excelente manera de destrozar temas tan conocidos como Satisfaction o Smoke on the Water.

En contraposición a todo esto, sí que se puede destacar una clase de minijuegos: las largas secciones de shooter sobre raíles, consistentes en matar conejos a base de desatascadores. Se distinguen sobre todo por usar escenarios completamente prerrenderizados y animados. Es impagable ver a los animalitos saltar desatascador en mano por el puente de San Francisco o salir de un restaurante francés mientras el chef huye aterrorizado. Y además, es enormemente divertido a dobles.

 

Pero este añadido no palia la mala calidad del juego. Es aceptable en modo multijugador, pero ya hay demasiados juegos que se salvan sólo por esta característica. Con una sola persona jugando, Rayman Raving Rabbids 2 transmite una desoladora sensación de vacío, un vacío más grande que el del centro comercial que sirve de menú. La nimia dificultad, unida a los extras irrelevantes en su mayoría (un punto muy similar a Pokémon Battle Revolution), hacen que el juego se esfume mucho antes de lo que cualquiera espera. Tras obtener todos los insulsos minijuegos, no parece que hayas escalado una montaña, sino que hayas caminado por una planicie. Y viendo el aspecto gráfico, esa planicie es un desierto muy feo.

Lo mejor:
-Disparar desatascadores.
-Multijugador simultáneo.

Lo peor:
-Técnicamente nefasto.
-Minijuegos de mecánicas aburridas.
-Dificultad nula.
-Que se saque tan mal provecho de unos conejos tan carismáticos.